Becas, temores y atracciones
La Habana/La mujer se acerca, sin miedo ni medias tintas. "¿Cómo puede solicitar mi hijo una de esas becas que menciona la televisión?", me dice abruptamente. Tardo unos segundos en percatarme de qué habla, hasta que las imágenes de jóvenes estudiantes cubanos en actos convocados por el Gobierno para rechazar el programa de la organización World Learning llegan a mi mente.
Ella se queda varios minutos parada a mi lado, deseosa de tener una dirección electrónica a la que escribir, un puente para que su pequeño conozca otra realidad. Las consignas contra la ONG estadounidense que ha lanzado el oficialismo no parecen amilanarla. Cuando le pregunto si ha estado al tanto de la campaña gubernamental que ataca al programa enfocado en jóvenes cubanos entre 16 y 18 años, responde con una frase muy popular: "En este caso, a mi me da lo mismo ser el chofer que el arrollado".
Sin percatarse, la propaganda partidista ha ayudado en los últimos días a difundir la existencia de unas becas que apenas eran conocidas por una pequeña parte de la población
El miedo ya no funciona como antes. Hace unas décadas, bastaba que la televisión nacional satanizara cualquier fenómeno o persona para que un círculo de silencio y temor se levantara a su alrededor. Ahora, el volumen en el que gritan los extremistas resulta directamente proporcional al interés que desata el objeto de su ojeriza.
Sin percatarse, la propaganda partidista ha ayudado en los últimos días a difundir la existencia de unas becas que apenas eran conocidas por una pequeña parte de la población de la Isla.
La mujer no tiene miedo. Sigue a mi lado para que la ayude con algún detalle que permita a su hijo "respirar otros aires". Como ella, miles de padres a lo largo del país ven partir a sus "niños" hacia la escuela, donde gritan en el matutino que rechazan la nueva "manipulación del imperialismo". En casa, los adultos mueven cielo y tierra para inscribir sus nombres en la convocatoria de las próximas becas.