‘Regreso a Ítaca’, excluida del XXXVI Festival de cine de La Habana
La Habana/Este 3 de diciembre se estrena en Francia Regreso a Ítaca, la película franco-cubana de Laurent Cantet, filme que en su breve andadura ya ha cosechado el Premio Abrazo, principal galardón del 23º Festival de Biarritz, y en la 71ª edición del Festival de Venecia, el Premio al mejor filme de la sección independiente, Jornada de Autor.
Ampliamente reconocido en el ámbito cinematográfico, Cantet se destaca internacionalmente desde 1999 con Recursos Humanos, por la que recibe la Concha por mejor dirección en el Festival de San Sebastián y más tarde el premio de mejor película en el Festival de cine independiente de Buenos Aires, además en Francia el César por ópera prima. Se mantiene trabajando en el cine independiente con una sólida trayectoria y en 2008 su largometraje Entre los muros (La clase) merece la Palma de Oro en el Festival de Cannes, y una nominación en los Oscar y en los Independent Spirit Awards entre otros reconocimientos.
El laureado director obtuvo los permisos correspondientes y apoyo logístico del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) para filmar en apenas 17 días la historia de su nueva película. No resultaba llamativo pues Cantet había viajado varias veces a Cuba con anterioridad y de él es el corto La Fuente dentro de Siete días en La Habana; tampoco era novedoso, pues varios directores extranjeros ya han abordado la temática cubana con desiguales resultados.
Regreso a Ítaca nos cuenta la noche y la madrugada del reencuentro en La Habana de cinco amigos desde la juventud, uno de ellos residente en España, de regreso por primera vez luego de muchos años. La idea, a partir de un guion de Leonardo Padura salido de su obra La novela de mi vida, comenzó como idea para un corto, pero la historia llena de matices creció hasta ganar identidad de largometraje. Una espléndida vista de la ciudad en escorzo por un lado y el mar por el otro, pueden ser leídos como la dicotomía que ha marcado a los cubanos desde hace medio siglo.
La película circula ya underground en una versión que advierte a tramos que se trata de una copia no comercial
Excelente la dirección de actores donde Jorge Perugorría vuelve a dar lo mejor de sí luego de demasiados papeles olvidables, con Isabel Santos, Néstor Jiménez, Fernando Echevarría y Pedro Julio Díaz además, quienes cierran filas para meterse en la piel de sus personajes e intercambian en intensos diálogos recuerdos, sueños y en resumen, el desencanto por lo que una vez fuera una ilusión compartida. Bastan apenas dos locaciones y abundantes diálogos que la acercan al quehacer teatral, pero la teatralidad no resulta farragosa, para llevarnos de lo local a lo universal, encontrándose cada quien a sí mismo en Tania, Eddy, Rafa, Amadeo o Aldo.
La película impactará en el espectador cubano con una intensidad similar a la de Suite Habana, la hermosa pieza de Fernando Pérez, con quien comparte cierto aire de familia. El director galo ha demostrado una vez más el interés por las minorías y el desarraigo que pueden rastrearse en sus obras anteriores.
Aceptada en un primer momento dentro de la programación para el XXXVI Festival de cine de La Habana a punto de comenzar, luego fue excluida, aun cuando Cantet había declarado que no se trata de una crítica al Gobierno, sino de las historias personales en "una introspección serena de los cubanos sobre su propio país".
La causa de tal decisión apunta a censura. A pesar de ello, la película circula ya underground en una versión que advierte a tramos que se trata de una copia no comercial. Como todo lo prohibido, personas que no se moverían para ir al cine a verla, buscarán las copias pirata, y en el paquete semanal que tanto preocupa a las autoridades culturales, pronto estará disponible.
Aun cuando todavía se realizan negociaciones para la exhibición del filme en el marco del festival, no ya en la sección en competencia, sino al menos como parte del panorama cinematográfico actual y al margen del resultado de esas gestiones, Regreso a Ítaca se suma a la considerable lista de títulos discriminados por razones ajenas al hecho artístico. Mucho más grave en este caso, donde forma y contenido se combinan para legar a la cultura cubana una obra de arte cercana y dolorosa.