1/17En el camino, el artista comprendió que no le hacía falta una galería, sino salir a la calle y tomar un espacio inutilizado para dejar su obra/14ymedio
2/17Yulier, de 27 años, es pintor, grafitero, escultor, aunque admite que ganó visibilidad gracias al trabajo en la calle. “Pero todo empieza en el estudio, el taller y el lienzo”, matiza/14ymedio
3/17A través de sus trabajos, Yulier intenta ofrecer un retrato de vivencias de la gente. Otras obras son más personales, pero casi siempre reflejan los escenarios descuidados y el descontento/14ymedio
4/17Para el artista, las imágenes no son más que eso: “Almas que reflejan el dolor interno, la impotencia, el miedo y la tristeza”/14ymedio
5/17El grafitero presentó varios proyectos en galerías y exposiciones, pero fue marginado siempre/14ymedio
6/17Yulier empezó a pintar en la calle con un amigo del mundo del arte urbano que llegó a la Isla desde Alemania. “Ese mundo me atrapó, fue como una carga de adrenalina. Esa unión me ayudó mucho y empecé a hacer mi trabajo”, recuerda/14ymedio
7/17Al principio, el artista se preocupaba por represalias, porque en sus piezas se mostraba “una realidad que mucha gente no quiere ver y otros no quieren que se vea”, pero al final fue perdiendo el miedo escénico/14ymedio
8/17Según el grafitero, la carencia de propuestas en el arte callejero en Cuba es muy fuerte. “Ahora mismo no existe un movimiento, hay artistas aislados que trabajan. Conozco solo a dos que hablan de la realidad, ‘El Sexto’ y yo”, explica/14ymedio
9/17Yulier sostiene que su obra es muy distinta a la de ‘El Sexto’. “Él asume una postura esencialmente política, mientras que yo dialogo con el público a través del arte y de una propuesta más elaborada, con cierto lirismo”/14ymedio
10/17El grafitero asegura que nunca ha tenido problemas con la policía. “Trabajar en la calle es muy sensible, pero creo que han tenido que abrir”, opina. “Ya no se pueden ocultar las cosas como antes”/14ymedio
11/17Sin embargo, a veces le han mandado patrullas, pero hasta ahora siempre le han dejado ir/14ymedio
12/17Para pintar, Yulier elige paredes y lugares destruidos. Trata de darles algún valor estético y así promover en un futuro un movimiento de arte urbano/14ymedio
13/17Algunos de sus grafitis han sido tachados por el Gobierno o por fieles de algunas religiones. “Me ha pasado ya varias veces que testigos de Jehová o cristianos extremistas ven en mi obra figuraciones diabólicas y me la han borrado”, explica/14ymedio
14/17Este año, el artista tiene pensado organizar una muestra con escombros de edificios derrumbados e intervenirlos como un documento histórico donde se recoge la memoria de esos edificios en los que vivió y sufrió gente en un espacio de tiempo/14ymedio
15/17Yulier está a cargo del Taller José Martí, en la calle Prado, un proyecto que interactúa mucho con la comunidad en el que se hacen talleres de dibujo para niños/14ymedio
16/17El trabajo de Bansky ha influido mucho sobre la obra de Yulier. “Coincido con él en la forma de ver el arte callejero. Para mí el arte urbano es dialogar con el público y mi obra es eso”, dice el artista cubano/14ymedio
17/17El grafitero recuerda con especial ilusión una intervención pública que realizó durante la Feria del Libro, en la que cruzó nadando hasta el otro lado de la bahía para pintar una cara enorme sin boca, sin oídos, ni nariz, solo ojos/14ymedio