Las autoridades culturales revocan el contrato de Juan Carlos Cremata como director teatral
La Habana/El contrato del director Juan Carlos Cremata ha sido revocado por las autoridades culturales cubanas, según ha explicado este miércoles el propio autor a través de un correo electrónico. Cremata ha hecho públicos los detalles de una reunión a la que fue citado el pasado lunes en el Centro de Teatro de La Habana en la que se le comunicó la resolución número 10 del Ministerio de Cultura, el Consejo Nacional de las Artes Escénicas y de esa propia entidad, en la que se cancela su proyecto teatral El Ingenio y se dispone la terminación de su contrato como director.
En un texto titulado La condena al silencio eterno, o crónica de un calvario anunciado, el artista detalla que una decisión de esa naturaleza significa que se le "elimina cualquier posibilidad de hacer teatro en Cuba".
En el cuerpo de la resolución se asegura que el director ocasionó "un conflicto ético-profesional con la Dirección del Centro de Teatro y el Consejo Nacional de las Artes Escénicas, quienes lo representan y patrocinan legalmente". Según la explicación oficial, Cremata realizó "ataques desmedidos a estas instituciones a través de la prensa extranjera y las redes sociales", lo cual, aseguran, provocó "la falta de confianza en el artista, todo lo cual descalifica sus propuestas como intereses institucionales".
El artista ha asegurado que se trata de una manera de consolidar "legalmente la censura"
Las autoridades resolvieron "disponer el cese del proyecto El Ingenio en su rama escénica, dando por terminada su representación por el Centro de Teatro". Además, agregaron "la terminación del contrato de trabajo en la rama artística del director Juan Carlos Cremata Malberti". Ante tal dictamen el artista ha asegurado que se trata de una manera de consolidar "legalmente la censura" e ironiza sobre la forma en que "se ejercita la 'libertad de expresión' en nuestro país, en pleno siglo XXI".
Cremata asegura que "la medida no se consultó con los Premios Nacionales de Teatro o con otros artista del gremio" y la cataloga como "una simple vendetta. Una ejecución sumaria calculada".
El documento sólo aparece firmado por Marvín Yaquis, director del Centro de Teatro en calidad de empleador del artista, aunque Cremata señala como responsable directa a Gisela González, presidenta del Consejo Nacional de las Artes Escénicas.
"Así se ensañan con los que piensan diferente. Paredón para los que no nos quedamos callados", concluye el director de cine y teatro. "¿Cuál será el próximo paso para terminar de enterrarme?", se pregunta.