La televisión cubana solo ve "bandidos" y "mercenarios" en la guerra del Escambray

Mario J. Pentón

15 de marzo 2017 - 13:49

Miami/Un coro de hombres ríe malvadamente mientras arrastran fuera de una rústica prisión hecha de finos troncos al maestro Conrado Benítez y al miliciano Eleodoro Rodríguez Linares para ahorcarlos.

"Nosotros no somos salvajes. Nosotros somos personas", dice un campesino alzado, contrariado por la crueldad con que a Benítez le cortan los genitales. Un disparo a quemarropa realizado por el jefe de la banda (ambos hechos apócrifos según historiadores del exilio) mancha su sombrero de guano y silencia la crítica.

La televisión cubana estrenó este sábado La otra guerra, una serie sobre la guerra civil (1960-1966) que vivió el país tras el giro comunista de la Revolución de 1959.

La trama es simple: los "mercenarios" de la CIA quieren destruir la Revolución. Para ello reciben entrenamiento y financiamiento en Estados Unidos. Buscan desestabilizar el sistema con una rebelión armada. La mayoría de los campesinos apoyan a los milicianos (revolucionarios) y solo un pequeño grupo está del lado de los alzados (bandidos en la versión oficial).

No es casual que los creadores de la serie tomaran como base los documentos del Centro de Investigaciones Históricas de la Seguridad del Estado, según declararon a la prensa oficial.

Enrique G. Encinosa es un investigador cubanoamericano, autor de Escambray: La Guerra Olvidada, el primer libro escrito sobre los alzados en el exilio. A su juicio, presentar a los rebeldes como delincuentes forma parte de la "agenda del régimen" para hacer valer su versión de la historia.

"Es más fácil decir que son bandidos o comevacas como también les llamaban. El comunismo siempre ha lidiado con su oposición así", agrega.

"Desde 1960 hasta 1966 en las montañas del Escambray y en diferentes puntos del país se desató un conflicto librado por campesinos y la clase media contraria a las expropiaciones y al acercamiento a Moscú", dice el experto.

Se desconoce el número de personas muertas en ambos bandos, así como de víctimas entre la población civil.

"Durante ese período se vivieron las movilizaciones militares más grandes de la historia de Cuba en el siglo XX", agrega.

Según Encinosa, durante la primera "limpia" del Escambray el Gobierno admitió haber movilizado a 60.000 soldados de todas las provincias más los efectivos con los que contaba en Las Villas. En total sumaban unos 100.000 hombres.

"Eso solo para perseguir a 500 guerrilleros que eran los que en ese momento estaban alzados en las lomas", dice. "Lo que les cuesta admitir es que fueron los más humildes quienes más duro pelearon para que no se instaurara el comunismo en Cuba".

Encinosa hace énfasis en el momento histórico en que se desarrolló el conflicto, en plena Guerra Fría. Mientras los soviéticos abastecían y asesoraban a Fidel Castro, la CIA ayudaba a los alzados. Tras la fracasada invasión a Bahía de Cochinos y la negativa de Kennedy de ayudar a las fuerzas expedicionarias las condiciones de lucha en el Escambray se hicieron especialmente difíciles para los alzados que vieron concentrado todo el poder del ejército en eliminarlos.

Un especialista en comunicación de la televisión cubana dijo a 14ymedio, bajo condición de anonimato, que la serie La Otra Guerra, y docudramas como Uno y Tras la Huella se enmarcan en una "regresión" a la línea de los años más difíciles del Período Especial.

"Los jóvenes no se identifican con el proceso revolucionario. La mayoría desea irse del país o hacer dinero fácil. La Revolución y sus referentes culturales son cosas ajenas, tomadas con desdén o, lo que es más peligroso, simplemente ignoradas", explicó el comunicador.

Según la fuente, han recibido orientaciones para el estudio de "mensajes comunicacionales en tiempos de crisis".

"El Partido está pidiendo que brindemos una imagen de seguridad, esperanza y credibilidad. Por eso permiten nuevos espacios y dedican más recursos a producciones que enaltezcan el papel de las FAR y el Minint en la sociedad", añadió. En el primer capítulo de la serie no aparecen los interrogatorios y las torturas a las que fueron sometidos cientos de alzados. El proyecto sin fines de lucro, Archivo Cuba, que se encarga de recopilar datos sobre la memoria histórica, ha documentado a la fecha 744 casos de alzados caídos en combate y más de 900 fusilados. Decenas más fueron capturados y fallecieron en las mazmorras cubanas.

"Todavía quedan testimonios por recopilar y muchos datos por recoger de esa época", dice su presidenta, Maria Werlau.

La investigadora, destaca además, las atrocidades y los crímenes de guerra cometidos contra los que se resistían al Gobierno de Fidel Castro. "Fusilaban en el acto a los acusados de contrarrevolución. La Ley No. 988 de noviembre de 1961, que en 1962 denunció la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, dio lugar a cientos de estos fusilamientos sin cursar procedimiento jurídico de por medio", dice.

Werlau también señala la denuncia de dicha Comisión en 1967 sobre la extracción forzada de la sangre de los condenados a muerte.

Archivo Cuba tiene documentado más de una docena de casos, aunque indica que la práctica parece haber sido generalizada. Se extraía casi toda la sangre de los condenados antes de llevarlos desfallecidos ante el pelotón de fusilamiento. La sangre era vendida posteriormente a Vietnam y otros países según se ha documentado por esa organización.

Tampoco se exhiben en la teleserie los desplazamientos forzosos de decenas de miles de campesinos (las fuentes varían entre 30.000 y 70.000) a los llamados pueblos cautivos en el occidente de la Isla, después de ser despojados de sus escasas pertenencias.

Para Luis González Infante, expreso político y autor del libro Rostros de Héroes Cubanos, que recoge más de 350 fotos de luchadores ultimados por el Gobierno revolucionario, la lucha del Escambray significó "la respuesta democrática" de los "verdaderos revolucionarios" que buscaban impedir la deriva totalitaria en la que se encuentra hoy el país.

"Cada cierto tiempo tratan de justificar el atrincheramiento ideológico en que se encuentran y la miseria a la que han condenado al pueblo de Cuba y reabren esas dolorosas heridas para fomentar el odio entre cubanos", lamenta.

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