China idolatra a Xi Jinping con un repaso de sus cinco años de mandato
Una exposición en la capital del país relata los grandes avances tecnológicos de China pero omite sus violaciones de DD HH.
Pekín/(EFE).- Aunque oficialmente se trata de una exposición sobre el progreso logrado en China en los últimos cinco años, el presidente Xi Jinping es el gran protagonista de una muestra en Pekín en la que se idolatra al mandatario a pocos días de la celebración del decisivo XIX Congreso del Partido Comunista.
En el emblemático Centro de Exposiciones de la capital, característico por su estilo arquitectónico chino-soviético, el régimen comunista hace un gran despliegue propagandístico a través de cientos de fotografías con las que venera a su líder, del que se destaca su lado más humano sin olvidar su intensa diplomacia.
En varias zonas temáticas, los visitantes pueden repasar el desarrollo económico chino -apoyado con numerosos gráficos y datos-, así como los avances en defensa, innovación, lucha contra la pobreza o defensa del medioambiente.
Todo ello en medio de múltiples consignas que Xi ha repetido desde que llegó a la presidencia, entre ellas su gran mensaje, el de perseguir el "sueño chino", que los guías repiten constantemente a los visitantes para mostrarles de que sí es posible alcanzarlo.
Este sueño se traduce, por ejemplo, en imponentes submarinos como el Jiaolong o su tren de alta velocidad, el más rápido del mundo que enlaza las ciudades de Pekín y Shanghái a 350 kilómetros por hora.
El presidente Xi Jinping es el gran protagonista de una muestra en Pekín en la que se idolatra al mandatario a pocos días de la celebración del decisivo XIX Congreso del Partido Comunista
Otro de los grandes "logros" mostrados en la muestra, titulada "En cinco años", es la campaña anticorrupción emprendida desde 2012 por Xi y que ha supuesto castigos y sanciones para más 1,4 millones de funcionarios.
Así, se pueden leer las confesiones escritas de los funcionarios corruptos junto a las fotografías de antiguos líderes importantes, como el exministro de Seguridad Pública Zhou Yongkang y el exdirigente provincial Bo Xilai, condenados a cadena perpetua por corrupción.
China también alardea de potencial militar en una amplia zona reservada exclusivamente para ello, donde los visitantes pueden disparar y posar, con orgullo, junto algunas armas pesadas.
La muestra tampoco olvida otro de los puntos fuertes de los que presume China, la diplomacia, con numerosas imágenes que inmortalizan grandes cumbres celebradas en el país, como la última de los BRICS en septiembre o la reunión de líderes sobre las Nuevas Rutas de la Seda, celebrada en mayo, un proyecto de infraestructuras impulsado por Pekín para fomentar sus relaciones económicas y comerciales con el resto de Asia, Europa y África.
Con Xi rodeado de grandes mandatarios de todo el mundo, el régimen alardea del papel clave que juega China a nivel internacional, así como los logros "históricos" alcanzados por el mandatario, entre ellos, el restablecimiento de sus relaciones con Panamá el pasado junio.
La exhibición también destaca la histórica reunión de Xi y el entonces presidente taiwanés Ma Ying-jeou celebrada en Singapur en noviembre de 2015, la primera desde la guerra civil china, con la que se cerró uno de los últimos rescoldos de la Guerra Fría.
En medio de este gran progreso económico exhibido con orgullo por el Gobierno, no hay rastro, sin embargo, de otra de las características del mandato de Xi: el endurecimiento de la censura y el aumento de la represión contra críticos y disidentes
La imagen que el régimen quiere transmitir del mandatario es el de un hombre cercano a su pueblo, por lo que abundan instantáneas con las que se ilustra otro de los grandes "hitos" de Xi: la lucha contra la pobreza.
Todos estos capítulos en el quehacer del mandatario, que ha concentrado mayor poder que su antecesor Hu Jintao, están recopilados en su libro "Xi Jinping: la Gobernanza de China", cuyos ejemplares también se exhiben en la muestra.
China rinde así culto a su líder a tan solo unos días de que arranque el congreso comunista, en el que se esperan cambios en la cúpula del régimen, aunque Xi, salvo sorpresa mayúscula, continuará al frente del mismo.
En medio de este gran progreso económico exhibido con orgullo por el Gobierno, no hay rastro, sin embargo, de otra de las características del mandato de Xi: el endurecimiento de la censura y el aumento de la represión contra críticos y disidentes.
"Hay que tomar el camino del país de acuerdo con la ley, sin ninguna vacilación (...) del socialismo con características chinas, sin vacilación", reza uno de los mensajes a lo largo de la muestra.