La Defensoría del pueblo y Migración discrepan sobre cómo abordar la crisis de los cubanos de Turbo

González de la Hoz sostiene que el organismo migratorio no tiene la última palabra en el proceso de deportación masiva que dice estar preparando

Comienza el censo de migrantes cubanos en Turbo, Colombia. (14ymedio)
Los migrantes de Turbo esperan durante la elaboración del censo. (14ymedio)
Mario J Pentón

27 de julio 2016 - 10:22

Miami/El director de Migración Colombia, Christian Krüger, explicó este martes que trabaja junto a la Cancillería de la nación para llevar adelante el proceso de deportación de miles de cubanos que se encuentran varados en el municipio de Turbo, según reportó la prensa local. Sin embargo el Defensor del Pueblo de la localidad William González de la Hoz, restó importancia a las declaraciones del funcionario y dijo que "siempre que se habla de los migrantes cubanos, Migración contesta con deportación".

"Estamos conscientes de que hay una situación humanitaria muy compleja, pero es importante que se tenga claridad, que nuestra actuación como autoridad migratoria es la deportación", comentó Krüger.

El pasado mes de junio, fuentes cercanas al Gobierno habían confirmado a 14ymedio esta resolución de Migración Colombia. Hasta el momento, las autoridades no han logrado obtener el permiso para allanar la propiedad donde se encuentran refugiados los cubanos, lo que ha impedido su procesamiento. La labor de Defensoría del Pueblo, que se encuentra enfrascada en un censo para determinar el alcance de la actual crisis migratoria, también ha evitado, en la medida de lo posible, tal decisión.

Krüger explicó que se barajan dos opciones: la repatriación a Cuba o la deportación a los países por donde entraron los migrantes

"Nos corresponde entrar a la bodega, que es lo que vamos a hacer. Tarde o temprano nos tendrán que dar la autorización para entrar a esa bodega", dijo el director de Migración.

Las declaraciones fueron hechas en el contexto de la conmemoración del Día Mundial Contra la Trata de Personas, en que el Ministerio de Relaciones Exteriores de ese país lanzó la iniciativa Ojo a la trata, que intenta mitigar el impacto que tiene a nivel global ese delito.

Fuentes periodísticas han insinuado que el censo realizado por la Defensoría del Pueblo y la declaración de calamidad emitida por el municipio serían elementos premeditados en función de la deportación. González de la Hoz negó las acusaciones y aseguró a este diario que se trata de una calumnia.

"Estamos realizando el censo tal y como ordenó la Procuraduría de la nación. La Defensoría del Pueblo siempre ha pedido a las autoridades que se evite una deportación masiva a Cuba o a Ecuador", comentó González, quien además dejó claro que Migración no tiene la última palabra sobre el caso, pues se trata de un trabajo conjunto entre varias instituciones del Estado colombiano.

Entre tanto, Krüger explicó que se barajan dos opciones: la repatriación a Cuba o la deportación a los países por donde entraron los migrantes. "No hay ninguna posibilidad de que hayan vuelos hacia México. Ni se ha pensado ni se pensará. La decisión es deportar, porque tenemos un marco legal que cumplir", dijo.

González de la Hoz no está de acuerdo con la posición del director de Migración. "Hemos trabajado con un enfoque humanitario esta crisis, exigiendo a las instituciones gubernamentales el respeto por los derechos humanos y la integridad física de los inmigrantes cubanos. Ante estas declaraciones debe tenerse calma y continuar el censo que estamos realizando. Debemos confiar ante todo en la justicia y en las instituciones del país", argumentó.

Hace dos semanas, en un comunicado de la Procuraduría General de la Nación se instaba a la ministra de Relaciones Exteriores a realizar "un pronunciamiento contundente" sobre las acciones diplomáticas con los Estados de origen y destino del flujo migratorio (Cuba y Estados Unidos). Además, la Procuraduría le pide a Migración Colombia que realice el seguimiento de la situación de los cubanos y convoque a reuniones mensuales, mientras que la Defensoría del Pueblo, el Gobierno de Turbo y el Ministerio de Salud han quedado encargados de velar por la salud y bienestar de los cubanos.

Desde el pasado 9 de mayo, cuando Panamá cerró su frontera a los emigrantes, el municipio de Turbo se ha convertido en el nuevo cuello de botella para los miles de indocumentados que atraviesan Centroamérica. Su esperanza es llegar a Estados Unidos para acogerse a la política de pies secos que les abre un camino expedito a la residencia permanente. Según cifras de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza estadounidense, en lo que va de año fiscal 44.353 cubanos han ingresado a territorio norteamericano, lo que representa un aumento considerable frente a los 40.115 que llegaron el pasado año.

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