Hallan bombas en casa de sospechosos y Obama no descarta un acto terrorista

Imagen aérea después del tiroteo en San Bernardino (California). (Reuters/captura de pantalla)
Imagen aérea después del tiroteo en San Bernardino (California). (Reuters/captura de pantalla)

04 de diciembre 2015 - 01:08

San Bernardino/(EFE).- Los investigadores del tiroteo de San Bernardino, en California, en el suroeste de EE UU, en el que ayer murieron catorce personas, hallaron bombas caseras y armas en la vivienda de los supuestos autores, a los que la policía dio muerte, y mantienen abiertas todas las posibilidades sobre cuál pudo ser el móvil de la matanza.

El presidente de EE UU, Barack Obama afirmó que es "posible" que el tiroteo llevado a cabo en un centro de ayuda a discapacitados estuviera "relacionado" con el terrorismo, pero que aún no se sabe con certeza, y aseguró que el FBI llegará "hasta el fondo" de lo sucedido.

"Sabemos que los dos individuos muertos (por la policía) estaban equipados con armas, y parece que tenían acceso a más armamento en sus hogares, pero no sabemos por qué lo hicieron, el alcance de sus planes ni sus móviles", añadió Obama en una declaración a la prensa en el Despacho Oval de la Casa Blanca.

"Es posible que lleve algo de tiempo" determinar los móviles, agregó el presidente, que envió sus condolencias a las familias de las víctimas de la "trágica" masacre y aseguró que reza por una "rápida recuperación de los heridos".

Además argumentó que Estados Unidos tiene que reflexionar y tomar medidas para que deje de ser "demasiado fácil" llevar a cabo un tiroteo, en una nueva llamada de Obama a un mayor control de armas, al tiempo que decretó cuatro días de luto en todo el país.

En cuanto al desarrollo de la investigación, el jefe de la Policía de San Bernardino, Jarrod Burguan, informó en una rueda de prensa del hallazgo de doce bombas de fabricación casera en una casa vinculada a los supuestos autores del tiroteo, el matrimonio compuesto por Syed Farook y Tashfeen Malik, en Redlands, una ciudad próxima a San Bernardino.

En ese mismo lugar, las fuerzas de seguridad descubrieron una gran cantidad de armamento y munición así como herramientas que podrían usarse para elaborar artefactos explosivos caseros.

Burguan también explicó que, dentro del centro de ayuda para discapacitados que fue el lugar del tiroteo, se localizó un dispositivo, formado por tres artefactos explosivos conectados, para ser accionado por control remoto pero que no se llegó a detonar.

Si se observa la cantidad de armamento con la que contaban los presuntos implicados así como los que hicieron, resulta "obvio" que tenían una misión, dice el FBI

"Estaban equipados y podían haber continuado con otro ataque", añadió el responsable policial sobre la pareja que fue abatida en un intercambio de disparos con las fuerzas de seguridad y en el que se calcula que los sospechosos dispararon hasta 75 ráfagas de fusil.

"Estamos seguros de que las dos personas implicadas en el tiroteo son los dos muertos", dijo Burguan, quien aseguró no tener información como para indicar en este momento que haya "una amenaza inmediata" en la región y descartó al mismo tiempo que se esté buscando a más sospechosos.

Por otro lado, el número de fallecidos se mantuvo en 14 pero el de heridos fue elevado a 21, que se encuentran en hospitales de la zona de San Bernardino, una ciudad de más de 200.000 habitantes situada a unos cien kilómetros de Los Ángeles.

En el FBI, su director asistente en Los Ángeles, David Bowdich, pidió "paciencia" con el desarrollo de las indagaciones, ya que se trata de una investigación en la que hay múltiples víctimas y muchos lugares en los que se recogen pruebas.

Aseguró que es demasiado pronto como para especular sobre la causa de la masacre y para descartar hipótesis, pero indicó que, si se observa la cantidad de armamento con la que contaban los presuntos implicados así como los que hicieron, resulta "obvio" que tenían una misión, aunque el FBI todavía no sabe el porqué.

Hoy se conocieron más datos de los dos sospechosos, identificados como Syed Farook, de 28 años y nacionalidad estadounidense, y Tashfeen Malik, de 27 y nacida en Pakistán.

Farook, cuya familia emigró desde el sudeste asiático, nació en Illinois, era musulmán, llevaba dos años casado con Malik y había estado trabajando durante cinco años como inspector de salud para el condado de San Bernardino.

La mañana de la masacre, Farook y Malik dejaron a su hija de seis meses con su abuela en Redlans y argumentaron que tenían una cita médica, informó el diario Los Ángeles Times.

Este periódico, citando a compañeros de trabajo de Farook, afirmó que éste había viajado recientemente a Arabia Saudí y que retornó a Estados Unidos con una mujer que había conocido a través de internet.

El FBI apuntó que trabaja para averiguar a qué países viajaron los sospechosos y señaló que volvieron juntos a Estados Unidos en julio de 2014.

Asimismo, el FBI confirmó que sí tienen certeza de que Farook visitó Pakistán, aunque no conoce todavía a qué otros países pudo viajar cuando salió de Estados Unidos.

Por su parte, la cadena de televisión ABC halló varias páginas en internet, supuestamente pertenecientes a Farook, en páginas de contactos y citas, en las que se describía como "inspector de seguridad, salud y medioambiente" y añadía que no fumaba ni bebía.

En ese mismo perfil, creado hace unos seis años, Farook explicaba también que formaba parte de una familia de cuatro miembros, "religiosa pero moderna", y que le gustaba "practicar el tiro al blanco" en el patio trasero de su casa.

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