La larga travesía de los cubanos que piden en Chiapas un salvoconducto
Casi mil indocumentados llegaron a México por su frontera sur en los últimos diez días
México/Un centenar de cubanos llega diariamente a Tapachula, Chiapas, después de cruzar el río Suchiate, que sirve de frontera natural entre México y Guatemala. El miércoles, más de 150 indocumentados se entregaron de forma voluntaria en la Estación Migratoria Siglo XXI para que el Instituto Nacional de Migración (INM) les dé el oficio de salida que les permite entrar en Estados Unidos, informaba la agencia Quadratín.
La encargada de migrantes de esta nacionalidad de la Delegación Federal del INM en Chiapas no da cifras a este diario "por razones de seguridad", y remite al consulado de Cuba para recabarlas, pero el delegado Jordán de Jesús Alegrías Orantes declaró al diario Milenio que 900 se entregaron de forma voluntaria en los últimos 10 días.
La afluencia de inmigrantes es tal que el INM no da abasto para atender las peticiones en un mismo día. Olga Sánchez, directora del albergue Jesús el Buen Pastor del Pobre y el Migrante, acoge en estos momentos a 40 cubanos: "los que no pueden pagarse un hotel y esperan a que les manden dinero". Pero, aclara, "son los menos: diario llegan a Tapachula como cien". Un empleado del albergue –que reserva su nombre– indica que la Estación Migratoria atendió sólo el viernes 16 de octubre a 470 cubanos.
Se trata de una situación inédita en la frontera sur –"antes se veían cubanos de vez en cuando"– que, calcula este empleado, se está dando desde finales de septiembre. La razón, explica, es el temor a que el restablecimiento de relaciones entre los Gobiernos de Estados Unidos y Cuba acabe con la Ley de Ajuste.
El delegado Jordán de Jesús Alegrías Orantes declaró a Martí Noticias que 900 se entregaron de forma voluntaria en los últimos 10 días
Según datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés), el número de inmigrantes cubanos que llegan a Estados Unidos a través de la frontera entre Texas y México aumentó un 60% en el entre octubre de 2014 y junio de 2015. La CBP especificaba que el número de indocumentados que entró en territorio estadounidense a pie pasó en un mismo periodo de 15.600 a 18.520, una cifra que rebasa en más de un 400% la cantidad de los que intentaron llegar por mar a las costas de Florida.
Con la promesa de no revelar su nombre (los que figuran son ficticios), tres de los cubanos que se hospedan en el albergue acceden a contar su historia en unas breves líneas. Tienen en común el punto desde donde cruzaron medio continente por tierra hasta llegar a México: Ecuador, un país que no exige a los viajeros desde la Isla ni visado, ni dinero, ni carta de invitación. En medio, seis países –Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras y Guatemala– y demasiada policía presta a pedir sobornos.
"Vamos pasando muchos trabajos", dice sin especificar Juan Eduardo, informático de 29 años que salió de Cuba el 15 de julio. Viaja con su mujer, una instructora de arte cuatro años menor que él, y ambos quieren tener hijos "pero en Estados Unidos, allá en Cuba no queríamos". Cuenta que en Ecuador trató durante meses de encontrar trabajo, sin éxito, así que el 6 de octubre cruzó a Colombia y comenzó su periplo.
Tienen en común el punto desde donde cruzaron medio continente por tierra hasta llegar a México: Ecuador, un país que no exige visado a los viajeros desde la Isla
Sara, una fisioterapeuta de 33 años que lleva dos días en Tapachula, detalla los momentos más duros de la travesía desde que salió por la frontera norte de Ecuador junto a su marido, el 2 de octubre. En Colombia, tuvieron que pagar 20 dólares por persona en cada retén, tres en total. Además, en el trayecto a Medellín, la policía los bajó del bus y los llevó presos. "Dormimos en el piso, pero nos trataron bien. Ellos nos dijeron que no estábamos ni capturados ni detenidos pero que teníamos que pasar la noche ahí". Una vez obtenido el salvoconducto, de Colombia a Panamá cruzaron en lancha. "Salimos a las diez de la noche y nos encontramos de madrugada en el mar con tremenda tormenta". Llegaron a las seis de la mañana a orillas panameñas. Sara dice que los pases a Costa Rica y a Nicaragua fueron fáciles, pero el asunto se complicó cruzando el puente que sirve de frontera con Honduras, a las cuatro de la madrugada. "Ahí sí es verdad que los policías se pusieron un poco pesados porque querían que les diéramos, los 122 que íbamos, cinco dólares cada uno". Un poco pesados: "Sacaron una pistola para que nadie caminara porque nadie quería pagarle, así que les pagamos". Acto seguido, los mismos guardias buscaron el bus que los llevaría a la siguiente parada. En Guatemala volvieron a tener que desembolsar a las autoridades: diez dólares por persona en cada uno de los diez retenes que pasaron.
Lleva bien las cuentas: entre su marido y ella han gastado unos 3.000 dólares. "Y nosotros no gastamos mucho porque vinimos sin guía", dice. Los guías, explica, cobran 5.000 o 6.000 dólares por ayudar a los migrantes a cruzar la frontera, pero "a veces pasan ellos mismos el mismo trabajo que todo el mundo, así que decidimos venir nosotros por nuestra cuenta. Buscamos en internet la ruta más o menos y ya".
"Ahí sí es verdad que los policías se pusieron un poco pesados porque querían que les diéramos, los 122 que íbamos, cinco dólares cada uno". Un poco pesados: "Sacaron una pistola para que nadie caminara porque nadie quería pagarle, así que les pagamos"
Sara espera que no pase de este viernes que le den el salvoconducto para poder llegar a Estados Unidos. Ese oficio de salida que les proporcionan en el INM es válido por 20 días hábiles. Los que tienen dinero, cuenta Olga Sánchez, "en cuanto les dan el salvoconducto vuelan a Nuevo Laredo [en la frontera con Texas] y de ahí cruzan a pie". Otros recorrerán México de sur a norte por tierra.
Alexis tiene 29 años y salió solo de la Isla el 24 de marzo rumbo a Quito. Allí estuvo trabajando primero de cocinero en un chifa y después de mesero, para ganar suficiente dinero para el trayecto. Tuvo que esperar para salir de Ecuador porque tuvieron que operarlo de apendicitis. No le costó nada: fue en un hospital público. En Cuba estudiaba prótesis ortopédica, pero no lo terminó. Quiere llegar a Estados Unidos, concretamente a Houston, donde tiene "amistades", y "allá, como todo cubano, trabajar en lo que pueda para poder ayudar a mi familia". En la Isla dejó madre y hermana pequeña. Dice que su hermano, optometrista "cumpliendo misión" en Venezuela, "está de acuerdo" con la decisión que tomó. "La situación económica en Cuba es muy mala". ¿No ve futuro ahora que Cuba y Estados Unidos vuelven a normalizar relaciones? "Si hubiera futuro, es muy lejano".