Orlando Márquez: “La prudencia es necesaria hasta para denunciar”

Orlando Márquez durante su conferencia ‘Iglesia y Estado laico’, en el aula Fray Bartolomé de las Casas. (14ymedio)
Orlando Márquez durante su conferencia ‘Iglesia y Estado laico’, en el aula Fray Bartolomé de las Casas. (14ymedio)
Reinaldo Escobar

01 de febrero 2016 - 17:43

La Habana/Apostar por el ideario martiano antes que por la doctrina marxista leninista fue una de las recomendaciones de Orlando Márquez en su conferencia Iglesia y Estado laico, dictada el pasado jueves en el Convento San Juan de Letrán en La Habana. El director de la revista Palabra Nueva respondió preguntas del público que cuestionaron la relación de la Iglesia con el Partido Comunista y su actitud ante las violaciones de derechos humanos en la Isla.

Márquez catalogó los momentos que vive Cuba como "cruciales" y afirmó que exigen "prudencia y al mismo tiempo una gran dosis de audacia". En el auditorio que llenó el aula Fray Bartolomé de las Casas, destacaba la presencia del nuncio apostólico Giorgio Lingua junto a estudiantes del lugar. La ponencia coincidió en fecha con la fiesta de Santo Tomás de Aquino y el aniversario del nacimiento de José Martí.

Márquez desplegó una apretada síntesis histórica de la Iglesia y el Estado laico, además de abordar definiciones más actualizadas desde el ángulo de la teoría marxista leninista y de la doctrina social de la Iglesia.

La disertación estuvo salpicada con fuentes de ambos bandos, aunque puso un énfasis especial en los conceptos aparecidos en El Estado y la Revolución de Vladimir Ilich Lenin. En este texto, el ruso aseguraba que, cuando todos asuman "por su cuenta el registro y control de los haraganes, de los señoritos, de los gandules, y de toda esta ralea de guardianes de las tradiciones del capitalismo", se llegará a "la extinción completa del Estado".

Luego de reconocer que en la práctica el sistema cubano ha negado en más de una ocasión "ese idealismo de Lenin", afirmó que lo cierto es que el basamento ideológico del partido, su referente teórico, desde donde se organiza y determina la vida de la sociedad se rige por aquel "registro y control" enunciado por Lenin. "Allí está su ADN", recalcó el conferencista.

"La Iglesia debe tener la audacia de acompañar este momento, este proceso, este pueblo" y "trabajar con este Estado en la medida de sus posibilidades"

La definición del Estado cubano como laico, Márquez la encuentra en las modificaciones de la Constitución de la República realizadas en 1992, en particular al artículo 8 donde el Estado reconoce, respeta y garantiza la libertad religiosa. El texto especifica que "las instituciones religiosas están separadas del Estado. Las distintas creencias y religiones gozan de igual consideración".

Ese cambio en la Carta Magna, constituye una profunda negación de la teoría leninista del Estado, en opinión del director de Palabra Nueva. A su juicio, a pesar de que en Cuba se aplicaron políticas discriminatorias, "no llegamos nunca a conocer la persecución religiosa, la Iglesia clandestina y la prisión por el simple hecho de creer en Dios, lo que sí sufrieron los creyentes de la desaparecida Unión Soviética y otros países del bloque socialista".

"La colaboración es posible y necesaria entre la Iglesia y el Estado laico en bien de la sociedad", puntualizó en cuanto al momento actual. "La Iglesia debe tener la audacia de acompañar este momento, este proceso, este pueblo" y "trabajar con este Estado en la medida de sus posibilidades".

Cuestionado desde el público sobre la relación de la Iglesia con la Oficina de Asuntos Religiosos del Comité Central del Partido Comunista, Márquez reconoció que "en definitiva es una relación entre la Iglesia y una ideología, y una ideología que siempre ve a la Iglesia bajo sospechas", algo que "condiciona mucho la relación". Sin embargo, aclaró que eso no significa "que no haya habido relaciones directas con el Estado al máximo nivel".

Una segunda pregunta, hecha por un joven, aludía a los límites de ser prudente sin que eso ampute el carácter denunciante de la Iglesia ante las injusticias y las violaciones de derechos humanos que ocurren en Cuba. Márquez respondió que "las denuncias que puede hacer la Iglesia no son como las de un partido político" y "la prudencia es necesaria hasta para denunciar".

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