El premio Oswaldo Payá se entrega en ausencia de los galardonados
La Habana/La entrega del premio Oswaldo Payá “Libertad y Vida” ha desembocado en un conflicto diplomático, después que el Gobierno cubano vetara la entrada al país de tres de los invitados al acto, entre ellos el secretario general de la OEA, Luis Almagro, y el expresidente mexicano Felipe Calderón.
Almagro, Calderón y la exdiputada chilena Mariana Aylwin no pudieron viajar este martes al país caribeño para participar en una convocatoria de la Red Latinoamericana de Jóvenes por la Democracia, presidida por Rosa María Payá, hija del fallecido disidente cubano Oswaldo Payá, y que el Gobierno cubano ha tildado de "provocación".
Alrededor de la casa de Payá, en el habanero municipio Cerro, un operativo policial impidió desde primeras horas de hoy el acceso de los activistas, según comprobó 14ymedio. Desde el parque Manila, cercano a la casa, eran visibles miembros de la Seguridad del Estado vestidos de civil que exigían la documentación a cualquier disidente o periodistas independiente que se acercara.
Payá comentó a este diario que su teléfono se había quedado “sin servicio” en la tarde aunque “por la mañana funcionaba”. A la ceremonia lograron asistir unos siete activistas que durmieron en la casa “más otras 20 personas que pudieron llegar”, declara la disidente. Entre ellos la jefa de la sección político-económica de la Embajada de Estados Unidos en Cuba, Dana Brown, así como representantes diplomáticos de Suecia y la República Checa.
Payá comentó a este diario que su teléfono se había quedado “sin servicio” en la tarde aunque “por la mañana funcionaba”
La activista considera que alrededor de la entrega de los galardones ha habido mucha represión “de parte del régimen, de la Seguridad del Estado cubana y del Ministerio de Exteriores”. Condena las represalias “que ha sufrido la sociedad civil que quería participar en la ceremonia y muchos de ellos han sido detenidos, otros impedidos de salir de sus casas”.
Todos los líderes de grupos opositores de la Isla “fueron invitados”, detalla Payá a este diario. “Hay algunos con los cuales hemos perdido comunicación desde los últimos días por todo lo que está pasando, otros que no están en el país y otros que sí pudieron llegar”.
"Esperamos que esta agresión, esta grosería, encuentre una respuesta y una reacción en todos los gobiernos pertenecientes a la Organización de Estados Americanos (OEA), en todos los gobiernos de nuestra región y también en la Unión Europea", señaló este miércoles Rosa María Payá.
Las Cancillerías chilena y mexicana lamentaron la decisión de Cuba; el país austral, más allá, anunció que llamará a consultas a su embajador en la Isla.
Mientras, la única respuesta oficial por parte de Cuba ha partido de su Embajada en Chile, que mediante un comunicado se refirió al asunto como "una grave provocación internacional contra el Gobierno cubano" con el fin de "generar inestabilidad interna" y afectar las relaciones diplomáticas de Cuba con otros países.
Según esa nota, el acto fue gestado "por un grupo ilegal anticubano que actúa contra el orden constitucional y que concita el repudio del pueblo, con el contubernio y financiamiento de políticos e instituciones extranjeras".
La única respuesta oficial por parte de Cuba ha partido de su Embajada en Chile, que mediante un comunicado se refirió al asunto como "una grave provocación internacional contra el Gobierno cubano"
El acto finalmente se llevó a cabo pero sin la presencia de los invitados internacionales. "Las sillas permanecerán vacías" hasta que los premiados "puedan aterrizar en La Habana" para recogerlos en persona, aseguró Rosa María Payá.
Otros invitados cubanos fueron impedidos de salir de sus casas o arrestados en el camino. Como los periodistas independientes Henry Constantín Ferreiro y Sol García Basulto, detenidos en el aeropuerto de Camagüey en el momento que intentaban abordar un vuelo hacia la capital.
Constantín Ferreiro es vicepresidente de la Sociedad Interamericana de Prensa para Cuba y permanece detenido sin que sus padres hayan podido verlo o hacerle llegar algunos útiles de aseo, según confirmó a este diario su padre.
La decisión de La Habana de no autorizar la entrada al país del jefe de la OEA fue conocida después de una noche de incertidumbre en que no se sabía si Almagro había viajado o no a la capital cubana, a donde inicialmente tenía pensado volar desde París, donde ayer participó en actividades institucionales.
Rosa María Payá pidió hoy a la OEA que apoye el derecho del pueblo cubano a decidir sobre su destino.
"En la medida en que Cuba se democratice, también ganarán en estabilidad todas las democracias en América Latina", dijo la opositora, quien confió en que "hoy sea el inicio de un compromiso de la OEA con la causa de los derechos y la libertad en Cuba".
Precisó que no esperan que ese organismo "hable en contra de nadie", sino que se ponga "del lado de todos los ciudadanos cubanos en su derecho a comenzar un proceso de transición".