El año de los mangos perdidos
La Habana/"Todo huele a mango podrido", cuenta Pascual Rojas, residente en las cercanías de Manuel Tames, el municipio guantanamero donde se ha perdido parte de la cosecha que engrosa las 2.600 toneladas del fruto que se pudrieron en esa provincia en las últimas semanas.
"Las lluvias de mayo y junio ya anunciaban lo que se nos venía encima", explica a través de la línea telefónica este campesino nacido entre surcos y crías de cerdo. "Hace años que no veíamos nada así, que las matas parieran tanto", pero "todo se volvió moscas y basura", se queja.
En el campo profundo, donde los agricultores saben interpretar las señales de cada planta o animal, las copas repletas de los árboles de mango preocuparon a más de uno. "Le decía a mi hermano que iba a ser muy difícil que todo eso llegara a la gente", recuerda Rojas, para quien lo que ha pasado allí es un "crimen".
En el campo profundo, donde los agricultores saben interpretar las señales de cada planta o animal, las copas repletas de los árboles de mango preocuparon a más de uno
"Esta es zona de diferentes variedades de mango, pero se cosecha mucho el mameyson, la manga y el bizcochuelo", este último muy popular por su dulzura inmortalizada en el cancionero tradicional. "Todo ese dulzor se nos ha vuelto amargura", se queja Rojas, que ha visto cómo "montañas de mangos se iban poniendo negros y llenándose de bichos".
Las precipitaciones de las últimas semanas han sido una bendición para la agricultura cubana que vive su peor sequía en más de un siglo. Los campesinos de la zona también lograron mantener controladas las plagas, como la antracnosis, y han paliado el envejecimiento de las plantaciones, pero el renqueante entramado estatal volvió a no estar a la altura
Las mayores pérdidas se hallan en los cultivos de mango de las cooperativas de créditos y servicios de la zonas cercanas a Bayate (Consejo Popular de El Salvador) y Manuel Tames, que no pudieron ser procesados con eficiencia por la industria conservera, gestionada por el Estado.
Más de la tercera parte de las 6.794 toneladas de mango que fueron contratadas a los productores de la zona terminó por echarse a perder a lo largo del mes de junio, según aseguró al periódico local Venceremos Ramón Sánchez Ocaña, especialista de frutales en la Delegación Provincial de la Agricultura.
El funcionario explicó que la fábrica ubicada en San Antonio del Sur empezó a moler 20 días después de la fecha fijada. La otra planta, situada en El Guaso, también estuvo a media máquina por la escasez de latas para envasar la pulpa. A los avatares técnicos se sumó la ineficiencia del servicio estatal encargado del acarreo y la recogida.
"Tuvimos muchos problemas con el transporte y la rotura de camiones", comentó a 14ymedio un empleado del Taller de la Base Provincial de Transporte de Acopio en Guantánamo que prefirió el anonimato. Los problemas se debieron fundamentalmente a "roturas y complicaciones en el suministro de combustible", asegura.
"Nos golpeó mucho el tema de las cajas, porque si no tenemos no podemos llevar el mango en buena forma hasta la fábrica", añade. Varios factores que se conjugaron para el desastre cuya responsabilidad atribuye a la "mala organización" de la empresa.
Esta opinión la comparte Manuel, campesino residente en las cercanías de la Cooperativa de Créditos y Servicios Ángel Bouza, una de las más afectadas por las pérdidas. "Aquí los puercos han tenido que comer mango por la mañana, por la tarde y por la noche, porque no hay más nada que hacer con tanto mango", detalla.
"Hasta los niños en vez de tirarse piedras se tiraban mangos porque esto llegó a no valer nada cuando nos dimos cuenta de que no iban a poder sacar todas estas cajas de aquí", explica. "Esto pasa todos los años, lo que esta vez vino la televisión a filmarlo y después lo dijeron en la Asamblea Nacional, pero no es nuevo", lamenta el agricultor.
"Aquí hay gente que se ha quedado endeudada con miles de pesos porque había puesto mucho dinero en esta cosecha"
Poco se habla de las pérdidas que han tenido los productores. "Aquí hay gente que se ha quedado endeudada con miles de pesos porque había puesto mucho dinero en esta cosecha", agrega Manuel. "Mi cuñado perdió más de 5.000 pesos con todo esto y ahora ¿Quién le paga ese dinero?".
Durante la última sesión del Parlamento se informó de las cuantiosas pérdidas que provocaron críticas entre los diputados y malestar entre los consumidores de los mercados agrícolas que vieron la noticia a través de los medios nacionales.
"En La Habana tengo que pagar entre 3 y 5 CUP por un mango mediano, pero en el Oriente se están pudriendo sin que nadie se los pueda comer", se queja Clara Carvajal, de 71 años. Las imágenes transmitidas por la televisión nacional "dan pena",agrega.
En la Isla el mango tiene un ciclo de consumo bien marcado, que arranca tras las lluvias de mayo y termina en septiembre. "Son pocos meses con el mango disponible y sin embargo el Estado se da el lujo de dejarlo en los campos".
Lejos de Guantánamo, en los municipios de Güira y Alquízar (Artemisa), donde producen frutas y vegetales para la capital, la situación también es preocupante.
"Si no se hace un trabajo serio, aquí va a pasar lo mismo", aseveró este lunes un campesino con una canasta de mangos sobre un pequeño carretón tirado por caballos. "Este es el año de los mangos perdidos", asegura mientras señala las ramas cargadas con el sabroso fruto que se alzan a los lados del camino.