"Hay que tener ojos para ver la maravilla”
La Habana/Como si se tratara de una estrella Michelin, los operadores turísticos, los gerentes de hoteles y quienes rentan habitaciones privadas exhiben desde este martes la condición de La Habana como una de las siete ciudades maravillas del mundo moderno. A pesar de que las lluvias dañaron la inauguración de la tarja que, a pocos metros del Malecón confirma el nuevo título, al humor popular no se le ha escapado la designación.
Esta semana, en las calle han crecido las burlas sobre la "maravilla" que resulta transportarse en los deteriorados ómnibus urbanos, el prodigio de comprar alimentos en una ciudad atenazada por la dualidad monetaria o el milagro de que muchos edificios se mantengan en pie a pesar de su avanzado deterioro. No obstante la incredulidad, los habaneros tratan de sacar el mejor partido a la nueva categoría, tan simbólica como prometedora.
La capital cubana figuró en la lista de 1.200 aspirantes de 220 países que compitieron por el grandilocuente epíteto. Una votación online colocó la ciudad entre 77 finalistas que fueron reducidas a las 28 candidatas oficiales por una comisión de expertos. Las sucesivas selecciones posteriores terminaron por complacer la cábala de siete urbes, como las notas musicales, los principales colores, los mares o los pecados. Junto a La Habana, figuran Beirut (Líbano), Doha (Catar), Durban (Sudáfrica), Kuala Lumpur (Malasia), La Paz (Bolivia) y Vigan (Filipinas).
Los grandes ganadores son los guías turísticos que desde ómnibus climatizados cuentan a los visitantes extranjeros la historia de la toma de La Habana por los ingleses y les describen en tono épico el faro del Morro custodiado por la fortaleza de La Cabaña. En esas narraciones, la condición de "maravilla" de La Habana tapará los problemas cotidianos y mejorará la propina que termine en sus bolsillos.
La capital cubana figuró en la lista de 1.200 aspirantes de 220 países que compitieron por el grandilocuente epíteto
Esos cronistas de una ciudad que solo vive en las páginas de Lonely Planet considerarán un impertinencia advertir que el día en que se hizo oficial el nombramiento, las inclementes precipitaciones ocasionaron un derrumbe en Centro Habana, que en el Cerro y en Marianao la gente compraba por el mercado racionado 11 onzas de "pollo por pescado" y que hubo un largo corte eléctrico en el Vedado.
Ninguno relacionará el inesperado galardón con la celebración este año del VII Congreso del Partido Comunista, ni con la presencia del presidente del país entre los siete mandatarios más ancianos del mundo.
José María, un joven buscavidas que conoce algunas frases en varios idiomas y se especializa en encontrar pareja a los turistas, estaba este martes en el Malecón a la hora indicada para develar la tarja. Tenía la ilusión de enrolar en algún "negocio" a los extranjeros que pasaran por la explanada, pero solo halló un pequeño grupo de funcionarios oficiales presididos por Eusebio Leal Spengler.
Bajo un cartón, a modo de paraguas, José María escuchó la frase del historiador de la ciudad: "Hay que tener ojos para ver la maravilla". Luego, la comitiva se fue en autos oficiales y el joven "capturó" a una pareja de turistas a la que describió los maravillosos tabacos, por un maravilloso precio, que tenía guardados en su casa "muy cerca de aquí", para que se los fumaran en esta ciudad maravilla que no cuentan los guías oficiales.