Cada turista deja apenas 655 dólares en Cuba, contra 1.025 en Dominicana
La apuesta del Gobierno por el turismo no está bien enfocada, ya que crecer y crecer en las llegadas de viajeros, sin tener en cuenta los ingresos medios, puede salir mal a largo plazo
Valencia/La apuesta del régimen castrista por el turismo parece firme. Hasta el pasado mes de noviembre, Cuba había recibido 4.257.754 visitantes internacionales, lo que refleja un crecimiento del 19,7% con respecto a igual periodo al mismo periodo de 2016. Además, la proyección del Ministerio de Turismo para este año se estima en 4.700 000 visitantes, lo que representa un 11,9% por encima de lo planificado.
Las autoridades del régimen, en concreto Manuel Marrero, ministro del Turismo, se felicitaron en la Comisión de Atención a los Servicios de la Asamblea Nacional porque los resultados se han logrado a pesar de "las afectaciones que tras el paso del huracán Irma se registraron en instalaciones hoteleras y en otros servicios asociados al ramo, a lo que también se sumó que Canadá, el principal mercado de procedencia de turistas, no llegó a cumplir los índices estimados de ingresos monetarios, sobre todo por problemas asociados al debilitamiento de la tasa de cambio de la moneda canadiense en el mercado internacional".
El régimen se muestra confiado en su apuesta por el turismo debido "al éxito de las estrategias que se implementaron durante este año, como la recuperación de la modalidad de circuitos y los grupos de eventos, las nuevas operaciones aéreas en la temporada alta y la incidencia de la actividad de cruceros".
Las afectaciones por el huracán Irma han tenido absoluta prioridad en la agenda inversora del régimen
En relación a las inversiones, "estas se cumplen al 78,1%, aún cuando persisten dificultades en los procesos inversionistas, motivadas en lo fundamental por la mala preparación de las obras y el atraso en los suministros y equipos automotores". Las afectaciones por el huracán Irma han tenido absoluta prioridad en la agenda inversora del régimen.
A pesar de la rapidez de la labor constructiva, que no ha seguido un modelo similar con las viviendas afectadas y las infraestructuras de la población, el ritmo de la entrada de turistas disminuyó en los meses de septiembre, noviembre y diciembre.
El ministro expuso igualmente el bajo nivel de equipamiento que requiere el turismo para el alquiler de autos y la preocupación con la relación calidad-precio del servicio, un tema singular que otros años mostraba indicadores por debajo de lo deseado pero que en 2017 alcanzó el 90,9% de aceptación. Otros aspectos negativos hacen referencia a aspectos relacionados con la señalización vial, el cambio de moneda y la higiene en las ciudades, el número de cajeros automáticos, la situación epidemiológica, entre otros. Aspectos muy importantes que influyen en la estabilidad de la demanda turística.
Los datos de la OMT no admiten discusión
En el Panorama OMT del turismo mundial 2017, la prestigiosa organización ofrece una serie de datos que permiten situar la perspectiva comparativa del sector en Cuba dentro del área del Caribe, de la que forma parte.
El problema del turismo en Cuba es de bajo nivel de ingresos por viajero. Con tan solo 655 dólares por turista, el sector prácticamente ingresa la mitad de la región
Primero, comparando los datos relativos a 2016, en el siguiente cuadro, se observa cuál es el principal problema del modelo de turismo de Cuba. Calculando la ratio entre los ingresos totales del turismo con el número de viajeros que han generado dichos ingresos, se observan diferencias muy significativas de Cuba con respecto a otros mercados del Caribe.
El problema del turismo en Cuba es de bajo nivel de ingresos por viajero. Con tan solo 655 dólares por turista, el sector prácticamente ingresa la mitad de la región, y por tanto aparece en términos comparativos como un mercado posicionado como el más bajo de todos los países del Caribe.
La media para la zona se sitúa en 1.198 dólares por viajero, duplicando prácticamente los resultados que se obtienen en Cuba. Y desde luego, los 655 dólares por turista de la Isla, se sitúan a distancia de los países que cuentan con mayor volumen de actividad e ingresos, como República Dominicana, Puerto Rico o Jamaica. En otros países como Barbados, con menores cifras de viajeros, se obtienen ingresos medios de 1.748 dólares por turista.
La apuesta del régimen castrista por el turismo no está bien enfocada. Crecer y crecer en las llegadas de viajeros, sin tener en cuenta los ingresos medios, que son los que afectan la cuenta de explotación y generan beneficios, puede salir mal a medio y largo plazo. Este enfoque, no me cabe la menor duda, está basado en las tendencias expansivas del turismo con destino al Caribe entre los años 1980 y 1995 que igualmente recoge la OMT en su informe.
Curiosamente, en esos años de intenso crecimiento del sector en la región, Cuba se quedó al margen, por cuanto nadie en la dirigencia castrista se había percatado, o no quería hacerlo, de las potencialidades del país para el turismo, una actividad que era despreciada por sus contenidos ideológicos.
El régimen ha entrado en el mercado turístico con modelos que pertenecen al pasado, precisamente cuando la curva de demanda va a la baja
Habiéndose perdido para siempre aquellos años dorados, el régimen ha entrado en el mercado turístico con modelos que pertenecen al pasado, precisamente cuando la curva de demanda va a la baja. Las previsiones de la OMT en el escenario de 2030 no son halagüeñas para el Caribe ni para Cuba. La región pierde fuelle como destino, y es evidente que otros mercados turísticos más consolidados como República Dominicana, Puerto Rico o Jamaica, reaccionan a estas tendencias para no quedarse atrás.
Al llegar tarde y apostar por un modelo del pasado, por mucho que se hable del turismo sostenible, el futuro es poco halagüeño para Cuba, según la OMT. La industria puede morir de éxito mucho antes de haber comenzado a generar recursos para compensar el elevado coste de las inversiones realizadas por el Estado, que comprometen el gasto presupuestario que podría ser destinado a otras demandas sociales.
Si la demanda no aumenta lo suficiente y otros destinos mundiales desvían el turismo, el futuro de Cuba parece complicado, sobre todo por la debilidad de los ingresos, lo que podría suponer abandono y cierre de instalaciones e infraestructuras y un nuevo estancamiento en las cifras de ingresos. Parece que nadie se ha dado cuenta de que estas tendencias están ahí y que rara vez la OMT se equivoca. Por lo menos habría que ir con cuidado.
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