En Cuba, tenemos lo peor de los dos mundos
Cuba ha vivido bajo el mando de los hermanos Castro un largo periodo "socialista", cuyo resultado ha sido una sociedad empobrecida. La solución promovida ahora por las autoridades es "amigarse con el enemigo imperialista", puesto que "sin la instauración del capitalismo es imposible construir el socialismo". Sin embargo, no es el capitalismo lo que Raúl Castro y sus generales van a implantar en la Isla, sino un híbrido de lo peor de los dos mundos.
El capitalismo requiere libertad individual como condición para el mejor desarrollo del potencial emprendedor de la sociedad, al propiciar el desarrollo de las fuerzas productivas. La libertad individual implica, sin embargo, una cierta dosis de inseguridad social –sentimiento no deseable para muchas de las personas– pero que potencia la capacidad emprendedora de la otra parte de la misma sociedad.
La organización productiva capitalista se estructura naturalmente de forma que los pocos emprendedores –dueños de las empresas– dan empleo a un volumen mayor de asalariados. Los socialistas denuncian la "explotación capitalista" que enfrenta los emprendedores-dueños a las masas "irredentas".
El socialismo, por su parte, jerarquiza "lo social" a costa de sacrificar la libertad individual. Se argumenta que "la seguridad social se obtiene sacrificando la libertad individual", como una especie de pago para obtener la añorada "justicia social para las grandes masas desposeídas".
La organización productiva socialista es muy similar a la capitalista. Para erradicar el capitalismo, estatiza las empresas productivas y en paralelo limita la libertad individual a través de una dictadura para "dar justicia social a cambio de libertad". Como no hay dueños, las ganancias van a un Estado todopoderoso que supuestamente las distribuiría "igualitariamente" para ofrecer la justicia social prometida. Ese esquema no funciona y va disminuyendo las ganancias hasta la quiebra final de la economía, incentivando el regreso al "viejo" capitalismo.
El castrismo ha decido implantar un capitalismo de Estado permitiendo solo la “explotación capitalista” extranjera, pero dejando intacta la dictadura
En las circunstancias actuales, el castrismo ha decido implantar un capitalismo de Estado permitiendo solo la "explotación capitalista" extranjera, pero dejando intacta la dictadura para cercenar la libertad individual de los cubanos. En este caso, se tiene el peor de los dos mundos: por un lado, la falta de libertad que implica la dictadura socialista y, por otro lado, la falta de justicia social que implica el capitalismo solo para extranjeros. Esto, para los cubanos, significa la continuidad de la lucha contra la dictadura.
El régimen castrista desaparecerá al desaparecer los hermanos Castro, con o sin la presencia de EE UU en el escenario nacional. Será entonces cuando el pueblo cubano de dentro y fuera de la Isla hará valer sus derechos conculcados en este medio siglo de opresión y felonía.
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Nota de la Redacción: este texto ha sido publicado previamente en la web http://www.cubalibredigital.com/. Lo reproducimos con la autorización del autor.