Querido Raúl, dear Obama, querido Papa Francisco
Ciudad del Vaticano/Ante todo los felicito porque siempre un momento histórico es lo que se espera de los hombres políticos y ese momento ha sido este 17 de diciembre de 2014. Ustedes han entrado en la historia al proponer que el embargo/bloqueo sea una palabra aparentemente vacía, por cambiarle –con el restablecimiento de las relaciones diplomáticas– el sentido a 53 años de política definidas por un lado (U.S.) y utilizadas por otro (Cuba), para ideologizar la vida cotidiana de los cubanos donde quiera que estuviesen. Me pregunto si es este gesto también una propuesta de muerte a la ideología. Cuba se define ya no a partir de la muerte sino finalmente a partir de la vida, pero me pregunto, ¿cuál vida y quienes tendrán derecho a esas nuevas vidas?
Ahora bien, querido Raúl:
Hoy exijo como cubana que se nos deje saber cuáles son los planes con nuestras vidas, que se establezca como parte de esta nueva etapa un proceso de transparencia política en donde tengamos todos un espacio de participación y el derecho a tener una opinión diferente que no sea castigada. Que cuando tengamos que negar muchas de las cosas que nos definieron, no venga este proceso con la misma intolerancia e indiferencia con la cual hasta ahora se han acompañado los cambios en Cuba, donde la aceptación es la única opción.
Hoy exijo como cubana que se nos deje saber cuáles son los planes con nuestras vidas
Hoy como cubana exijo que no haya privilegios ni desigualdad social. La Revolución Cubana ha repartido el privilegio como equivalente de un sentido de confiabilidad que es sinónimo de fidelidad a los que están en el Gobierno o con él. Esto no ha cambiado. Los privilegios han definido la desigualdad social en la que hemos vivido desde siempre, una desigualdad que se vestía de meritocracia revolucionaria y hoy se transforma en un emprendimiento confiable. Exijo que se defiendan los derechos de sobrevivencia material y emocional de aquellos que no podrán ser parte de esta nueva etapa.
Hoy exijo como cubana que no nos definan los mercados ni el uso que pueden hacer de nosotros los gobiernos. Pido igualdad para ese cubano que debido al bloqueo/embargo dio su vida, por ejemplo, trabajando en una fábrica para llegar orgullosamente a su casa con el título de héroe del trabajo y que hoy no tiene cabida en un mundo de inversiones extranjeras y sólo puede aspirar a un retiro que se quedó definido en tiempos socialistas y no en estos momentos de economía de mercado. ¿Cuál es el plan para no reproducir los errores de los demás países del ex campo socialista? ¿Para no convertirnos en la Cuba de 1958? ¿Para reparar el abuso emocional al que ha sido sometido el pueblo cubano con la política en los últimos años? ¿Cómo asegurar que haya justicia social y material? ¿Cómo asegurar que no seremos una colonia ni que tendremos que aceptar sin cuestionar a los nuevos proveedores materiales como ha sucedido antes con la Unión Soviética o con Venezuela?
Exijo que se pueda manifestar pacíficamente en la calle a favor o en contra de una decisión del Gobierno
Hoy como cubana exijo que se pueda manifestar pacíficamente en la calle a favor o en contra de una decisión del Gobierno o para reclamar derechos políticos y sociales, sin temer a represalias. Que se reconozcan legalmente asociaciones y partidos políticos que tengan diferentes puntos de vista del oficialismo. Que se descriminalice el activismo cívico, la sociedad civil y aquél que tenga un punto de vista diferente. Que se legalicen los partidos políticos nacidos del deseo popular. Que se establezcan unas elecciones directas donde puedan participar todos los partidos, y que las discrepancias ideológicas se resuelvan con argumentos y no con actos de repudio.
Hoy como cubana reclamo el derecho a ser seres políticos, no sólo entes de la economía o de canje simbólico para hacer historia.
Hoy como cubana quiero saber cuál es la idea de nación que estamos construyendo.
Hoy como artista te propongo Raúl poner la obra El susurro de Tatlin #6 en la Plaza de la Revolución. Abramos todos los micrófonos y que se escuchen todas las voces; que no sea sólo el resonar de las monedas lo que se nos ofrezca para llenar nuestras vidas. Que los micrófonos no sigan apagados. Aprendamos a hacer algo con nuestros sueños.
Hoy me gustaría proponerle al cubano donde quiera que esté que salga a las calles el próximo 30 de diciembre a celebrar, no el fin de un bloqueo/embargo, sino el principio de sus derechos civiles.
Asegurémonos que sea el pueblo quien se beneficie de este nuevo momento histórico. Patria es lo que nos duele.