Es temprano para afirmar que la política de Obama hacia Cuba ha fracasado

La bandera de Estados Unidos es izada frente a su embajada, en el Malecón de La Habana
La bandera de Estados Unidos fue izada frente a su embajada el pasado julio, en el Malecón de La Habana. (14ymedio)
Pedro Campos

10 de febrero 2016 - 10:27

La Habana/El Washington Post, analistas internacionales y políticos comprometidos con el discurso de los grupos radicales de Miami y la oposición interna afirman que la política del presidente de EE UU, Barack Obama, hacia Cuba ha fracasado porque un año después del anuncio del restablecimiento de relaciones diplomáticas, poco ha cambiado este país.

Argumentan, además, que la política no se condicionó al avance de los derechos humanos, continúan las sistemáticas detenciones de disidentes, no se cumple el objetivo de empoderar el sector privado y no se han mejorado las conexiones a internet.

Todas estas opiniones están sustentadas en falsas expectativas y mezcla de deseos, que no políticas, con falsos tempos.

El 17 de diciembre de 2014 se anunció la intención de ambos Gobiernos de normalizar las relaciones, pero solo el 20 de julio de 2015 se reabrieron las embajadas. Por tanto solo han pasado seis meses.

La política de Obama no ha avanzado más por la oposición de republicanos y cubanoamericanos que no quieren levantar las cláusulas del embargo-bloqueo

¿Un cambio parcial -siguen vigentes importantes restricciones del embargo- en la política de una potencia puede en seis meses provocar importantes transformaciones en otro Estado, con un modelo férreo de dominación consolidado durante varias décadas?

La política de Obama no ha avanzado más por la oposición de republicanos y cubanoamericanos en el Congreso que no quieren levantar las cláusulas del embargo-bloqueo, que impiden procedimientos bancarios, empresariales y financieros. El mantenimiento de esas leyes codificadas por el Congreso permite al Gobierno cubano argumentar que el "bloqueo imperialista sigue en pie" y tratar de justificar las dificultades económicas y sociales causadas por el absurdo y antisocialista modelo estatal centralizado de explotación asalariada y autoritarismo político.

¿No es incongruente obstaculizar una política y luego tacharla de fracasada?

No se condicionó la apertura al avance en los derechos humanos, ¿cómo exigirlo ahora? Si el acercamiento se hubiera condicionado, nunca lo hubiera permitido el Gobierno cubano. Resolver los problemas internos de la democratización en Cuba es cuestión única de cubanos.

Quienes esperan que EE UU resuelva el asunto de los derechos humanos en Cuba le hacen el juego al Gobierno comunista, se alejan del sentimiento nacionalista de muchos cubanos y brindan una imagen de subordinación negativa para sus estrategias políticas.

EE UU tiene derecho a preocuparse por los derechos humanos en Cuba, sistemáticamente violados, tanto como lo tiene el Gobierno cubano a criticar los abusos en el norte contra la población negra, los inmigrantes, los ancianos y demás desamparados.

Pero eso es distinto a condicionar las relaciones de todo tipo a que se resuelvan esos problemas.

El mayor interés de EE UU en Cuba se relaciona con su seguridad nacional y a eso tendría que subordinarse la política, antes que a deseos de grupos de presión. La estabilidad en Cuba, el carácter pacífico de cualquier cambio interno y acuerdos bilaterales de seguridad regional se corresponden con ese interés.

Los cambios democráticos que Obama busca en Cuba son a más largo plazo y se relacionan con transformaciones previas en la estatalización, la estructura de la producción, la propiedad, las clases sociales y el empoderamiento de los emprendedores, puntos coincidentes en parte con políticas aprobadas en el VI Congreso del PCC y luego ralentizados por el propio Gobierno.

Cambiar la política fallida de medio siglo era una necesidad para mejorar las relaciones de EE UU con América Latina en su conjunto.

Cambiar la política fallida de medio siglo era una necesidad para mejorar las relaciones de EE UU con América Latina en su conjunto

Se incrementaron las detenciones de opositores relacionadas con la campaña Todos marchamos, entre cuyos organizadores algunos se oponen a la política de Obama. Tal represión es condenable, violatoria del derecho a la libre expresión y no por esperada es menos injusta. También han disminuido las detenciones prolongadas y sin el debido proceso. Durante la visita del papa Francisco fueron puestos en libertad varios cientos de presos, algunos políticos.

Por el aumento del turismo y las remesas en el último año, han crecido los negocios privados dedicados a restaurantes y arrendamientos de viviendas y a autos a turistas.

El Gobierno cubano no iba a abrir completamente internet en apenas seis meses de relaciones con EE UU. Primero, tiene que perder el miedo, pero algo se ha avanzado. Se abrieron áreas wifi con 150.000 conexiones diarias, se redujo el precio de la hora de internet de 4,50 dólares a 2, se ha consolidado el sistema de correos internacionales Nauta en los celulares y se bajó modestamente el costo de algunos servicios. Todo insuficiente.

A pesar de las trabas de los republicanos y el Gobierno cubano, la política de Obama ya gatea y está en desarrollo. A seis meses de relaciones efectivas, es temprano para afirmar que ha fracasado.

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