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La labor de traducir y subtitular las películas que circulan de forma ilegal en la Isla alcanza precios de hasta 50 CUC por film
La Habana/El mercado de las películas pirateadas necesita más que un vendedor con una oferta variada y un comprador en busca de novedades. Muchas veces a la cadena de las copias no autorizadas se suma el eslabón de un subtitulador. Su labor es casi anónima, pero algunos se ufanan de haber colocado "los cartelitos" a cintas muy recientes que circulan en Cuba como El Renegado o La chica danesa.
Por las uñas extremadamente largas, nadie podría imaginar su paciente trabajo frente al teclado. Nury, de 42 años, subtitula películas que después circulan en el paquete y otras redes ilegales de audiovisuales. Se dedica a esta ocupación desde hace una década y casi siempre lleva unos audífonos profesionales que le ayudan a descifrar los diálogos.
Sus días transcurren mientras escucha, traduce y escribe línea a línea lo que dicen los personajes de una saga de detectives, un drama amoroso o una comedia ligera. Se graduó en el Instituto Pedagógico Enrique José Varona en la especialidad de Inglés, pero de maestra nunca ganó tanto como en su actual negocio.
"Si tengo que traducir, gano entre 30 y 50 CUC por una película, pero si es solo pegar los subtítulos, entonces es entre 10 y 15 CUC"
Nury no paga licencia, ningún cartel frente a su puerta anuncia su oferta, pero todos en el edificio donde vive saben a qué se dedica. Con los años, se ha ido rodeando de herramientas que facilitan su trabajo y de una buena reputación profesional. "Soy la mejor de toda La Habana", alardea. "Además de colocar los textos, traduzco y tengo buena ortografía".
Tiene contacto directo con un distribuidor de filmes del mercado informal que le paga según la complejidad del trabajo. "Si tengo que traducir, gano entre 30 y 50 CUC por una película, pero si es solo pegar los subtítulos, entonces es entre 10 y 15 CUC", dice. "Llevo tanto tiempo en esto que puedo hacer hasta tres películas diarias", explica.
Sin embargo, a veces todo es más fácil para ella. Buena parte de los subtítulos que acompañan a las películas del paquete son descargados de internet. "Hay sitios especializados que tienen de todo y eso me ayuda mucho", comenta Nury. Subtítulos español y Open subtitles le proporcionan un material que reduce su trabajo a pegar textos en el vídeo con algún programa informático.
"Empecé con Jubler, un editor muy práctico, después pasé por DivXLand, pero poco a poco me fui convenciendo de que Subtitle Workshop es más completo", detalla. Con lo que ha ganado en estos años, ha reparado su casa, comprado un carro de 1986 y un monitor de 21 pulgadas, porque así ve "mejor cada línea de texto"."Este es un trabajo de mucho detalle". No solo debe sincronizar los subtítulos con las voces, sino "evitar que queden muy largos o que no se distingan bien sobre el fondo".
Cuenta con orgullo que subtituló cintas pirateadas que llegaron a ser transmitidas por la televisión nacional."Por suerte yo soy muy cuidadosa, pero en la película del sábado he visto de todo", se queja. "A este negocio se mete mucha gente que no sabe, que quiere ganar dinero fácil y ni siquiera entiende el inglés o no tiene la menor idea de lo que es traducir".
En noviembre de 2013, la polémica sobre la calidad de muchos materiales audiovisuales difundidos en la programación oficial llegó a los periódicos de la Isla. Un airado espectador escribió una carta a Trabajadores donde planteaba una incómoda cuestión: "¿Por qué la televisión transmite películas con subtítulos defectuosos, a destiempo, con problemas de concordancia, con garrafales errores ortográficos, con pésimas traducciones?".
El remitente reconocía que muchos de esos textos eran sacados también de sitios enfocados en la piratería cinematográfica, pero recomendaba "rastrear mejor los subtítulos por internet y hacerles las correspondientes correcciones" o "prescindir de ciertas películas si las traducciones son pésimas". Pero el problema no solo no ha encontrado solución, sino que se ha acrecentado con el aumento de cintas pirateadas que proyecta la pantalla chica.
El Gobierno cubano difunde filmes estadounidenses en las salas de cines y los espacios televisivos sin pagar derecho de autor ni solicitar permiso a sus productores. El tema de la propiedad intelectual figura en la agenda de conversaciones entre Washington y La Habana, según afirmó la secretaria de Comercio de Estados Unidos, Penny Pritzker, durante una reciente visita a la Isla.
El Gobierno cubano difunde filmes estadounidenses en las salas de cines y los espacios televisivos sin pagar derecho de autor ni solicitar permiso a sus productores
Cuba es signataria del más importante tratado internacional sobre protección de los derechos de propiedad intelectual, pero en la emisión de audiovisuales en las redes nacionales el acuerdo es solo papel mojado.
El éxodo de profesionales especializados en el subtitulado de películas también afecta. "Aquí, el que no se ha jubilado o se ha muerto se ha ido del país", espeta un empleado del departamento de doblaje y subtitulado del Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT), que prefirió el anonimato. El traductor recuerda "los días de gloria, cuando había recursos para hacer un buen trabajo" pero "ahora todo está muy desatendido y al Estado le da más negocio tomar las películas ya subtituladas, aunque sean un desastre", remarca.
Nury apenas tiene competencia. "El ICRT tendría que pagar mejor a sus empleados para mejorar la calidad, pero eso no va a hacerlo", opina. En su familia, poco a poco, todos han ido contribuyendo a que ella se gane la vida y sea "la locomotora de la casa". "Mi hija no ha cumplido los 15 años y ya ha subtitulado varias películas", asegura. "La copia de Batman v Superman: Dawn of Justice que circula en el paquete, esa la subtituló mi niña", afirma orgullosa.