“¡Fíjate qué país más libre es éste!”
La Habana/"Yoani Sánchez estaría presa en Vietnam", dice Rafael Hernández, director de la revista Temas, comparando el régimen cubano con el vietnamita. Y añade: "¡Fíjate qué país más libre es éste!". Según el investigador oficialista, a los blogueros cubanos "los arrestan y los sueltan, pero no los meten presos", como ocurre en la nación comunista del sureste asiático, donde estos activistas del ciberespacio reciben cárcel "nada más" que por ser "antigobierno".
El politólogo y ensayista brindó estas observaciones ayer miércoles, en el centro Juan Marinello, durante la presentación del libro De la confrontación a los intentos de "normalización". La política de los Estados Unidos hacia Cuba, de la editorial Ciencias Sociales. Participó un de los autores, Elier Ramírez, en el panel convocado por la revista.
Con sólo leer su nombre, se deduce que el ensayo de Elier Ramírez y Esteban Morales –coautor– refleja la posición oficial cubana sobre el acercamiento entre la Isla y su "enemigo histórico". La palabra "normalización" en su título aparece entrecomillada, entre otras razones, porque "Estados Unidos siempre ha entendido la normalización desde la dominación", dice Ramírez. "No hay un cambio en los objetivos estratégicos [básicamente, un cambio de régimen en Cuba, sino] un ajuste táctico profundo" detrás de las negociaciones entre Washington y La Habana, evaluó el autor.
Esta obra ya había sido lanzada, al menos una vez, durante la presentación del volumen Back Channel to Cuba: The Hidden History of Negociations Between Washington and Havana, escrito por los investigadores norteamericanos Peter Kornbluh y William LeoGrande. Pero en aquel momento, el pasado octubre, la situación política era muy diferente a la actual.
Este miércoles, durante la presentación del libro, la comparación entre Vietnam y Cuba surgió a propósito de lo que Rafael Hernández considera un doble rasero en las relaciones exteriores de EE UU, que critica a Cuba en cuestiones como la libertad de expresión mientras no lo hace con otros países. "¿Cómo ustedes [el Gobierno norteamericano] me van a exigir a mí [el Gobierno cubano] lo que no le exigen a los vietnamitas, que meten presos a los blogueros?", se preguntó el investigador, también moderador del espacio Último Jueves.
¿Cómo ustedes [el Gobierno norteamericano] me van a exigir a mí [el Gobierno cubano] lo que no le exigen a los vietnamitas, que meten presos a los blogueros?”
Rafael Hernández se refirió además al caso de la performance de Tania Bruguera el pasado 30 de diciembre. Para justificar la actitud de las autoridades cubanas puso como ejemplo una hipotética protesta con megáfono frente a la casa del primer ministro británico. "Antes de sacar la bocina, ya lo levantaron en peso y lo sacaron de allí", dijo, refiriéndose al manifestante imaginario. "¿Qué es eso de la libertad de expresión? ¿De qué estamos hablando?", añadió, insistiendo en el supuesto "doble estándar" del discurso occidental respecto a ese derecho básico.
Al entrar en un proceso de negociaciones que ambas partes han calificado de "históricas", ya no se puede hablar solamente de "una relación entre dos Gobiernos" porque ahora es además "una relación entre dos sociedades" declaró Hernández, quien llamó a darse cuenta de que "hay un juego nuevo".
Los analistas del oficialismo se plantean ese "juego" como una "forma de batalla" para preservar el régimen, diferente de todas las batallas anteriores. Esta guerra, por cierto, ya se está dando también en el terreno de lo simbólico, donde los nacionalistas más rancios se han contaminado de cierta banalidad foránea, en especial norteamericana.
No resulta extraño que un intelectual del oficialismo como Hernández se exprese así sobre el acercamiento entre los dos países. En cuanto a sus comparaciones en materia de derechos humanos, es legítimo preguntarse lo que quiso decir exactamente el director de Temas. Hay tres interpretaciones posibles:
1- Vietnam es una dictadura,
2- los blogueros cubanos deberían estar presos,
3- nosotros los blogueros debiéramos sentirnos agradecidos por las escasas dádivas de libertad que el régimen nos concede y que también nos puede quitar en cualquier momento, imitando a la "hermana nación" del sureste asiático.