Incluyente, pero estrecha
La Habana/Un habitual presentador del noticiero de televisión lo afirmó en la emisión de este martes: "Los jóvenes también urgen de encontrar espacios donde sus ideas sean escuchadas y sus dudas aclaradas". La frase en cuestión no es para nada nueva, en un país donde los medios siempre han adornado la represión con una fina capa de debate permitido.
Como parte de una campaña para renovar su imagen, previa a su X Congreso, la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) ha asumido como un desafío que se le deje de percibir precisamente como lo que es, "la organización del 'reunionismo', de las cosas previamente establecidas". Así describió su impacto en buena parte de los jóvenes una estudiante entrevistada para el reportaje de anoche; pero los que menciona son sólo los mismos pecados que definen a todos los departamentos que controla el Partido Comunista de Cuba.
Según el reportaje emitido anoche, "en tiempos donde se pretende extender la idea de una juventud poco interesada en la política, la UJC tiene el reto de abrirse al diálogo y a la participación". Sin embargo, los pies se estiran hasta donde da la sábana, y, por muy incluyente que pretenda ser, esta organización no logra escapar de sus propias estrecheces. Un grupo cuya ideología se basa precisamente en la exclusión ideológica –el comunismo como modelo único e irrenunciable– no puede ser incluyente.
"Escuchar a todos los jóvenes, militantes o no", es otra de las frases propagandísticas en torno al congreso de la UJC. Pero escuchar no significa necesariamente ofrecer una respuesta. Una de las dirigentes de esa formación ha declarado que "el joven no se sentía identificado, no se sentía que podía acudir a la Juventud para resolver las inquietudes que tenía, sobre todo desde el punto de vista político". Como si fuera un problema ya resuelto, y no una deuda acumulada durante años de sordera sistémica.
Para quienes sean demasiado "inquietos" y las aclaraciones resulten insuficientes, quedan dos opciones: fingir que todo está bien o arriesgarse a ser expulsado del centro de estudios o de trabajo por tener opiniones incómodas y una forma "incorrecta" de expresarlas. No se puede olvidar que la universidad siempre ha sido para los revolucionarios, y la UJC no tiene ningún problema con esa orientación.
Lo dice uno de los lemas favoritos de la organización: “Los jóvenes no fallaremos jamás”. ¿En qué no fallarán? En cumplir órdenes
Esa agrupación será, en todo caso, la encargada de interpretar las órdenes de "los decisores" –como se llama oficialmente a quienes mandan por encima de todo– para que los nuevos cubanos no se salgan de la buena senda. Lo dice uno de los lemas favoritos de la organización: "Los jóvenes no fallaremos jamás". ¿En qué no fallarán? En cumplir órdenes.
Es decir, que tampoco ha cambiado en el discurso esa noción paternalista de que a los jóvenes se les deben "aclarar las dudas sobre las políticas o las transformaciones económicas" que suenan al compás de la batuta única. Es que acaso los de estas generaciones de hoy somos idiotas, o que entre tanto paquete semanal contra los chistes repetidos de la televisión cubana, los precios de los hoteles todo-incluido frente al salario medio real y la posibilidad legal de viajar al exterior en medio de la incapacidad económica para salir de la finca, estamos realmente muy confundidos y por eso tenemos tantas "dudas".