Aborto despenalizado: Una conquista
Madrid/Tras una agónica discusión de 23 horas, el Congreso argentino aprobó en una ajustada votación la media sanción del proyecto de ley para despenalizar el aborto en algunos supuestos. El paso siguiente es el respaldo del Senado y pese a su mayor conservadurismo, la presión social para un voto afirmativo es enorme. Y si bien el tema aún no se ha resuelto totalmente, el debate parlamentario tuvo efectos positivos y demostró la solidez de las instituciones democráticas y lo mucho que ha cambiado la situación femenina desde el inicio de las campañas #niunamenos en junio de 2015.
En febrero pasado, decía erróneamente en una de mis Ventanas que probablemente en esta ocasión no se sancionaría la ley. Ocurrió lo contrario y los hechos prueban que el compromiso con la modernización del país es transversal y cruza a todos los partidos con independencia de su filiación política. Sectores que por propio convencimiento o por determinadas presiones habrían votado en contra se han decantado a favor, ya que al margen de las creencias establecidas es claro el ánimo de buena parte de la opinión pública.
Esto lo entendió perfectamente el oficialismo comenzando por el propio Mauricio Macri que abrió la puerta para discutir la ley. Una puerta que había permanecido cerrada los 12 años de mandato kirchnerista, incluyendo los ocho de Cristina Fernández, la autoproclamada abanderada de la progresía. Una comprensión similar del fenómeno la tuvo el peronismo, que en una más de sus infinitas piruetas terminó apoyando lo que antes negaba.
El paso siguiente es el respaldo del Senado y pese a su mayor conservadurismo, la presión social para un voto afirmativo es enorme
Incluso la Iglesia católica, pese a la existencia de un papa argentino, no se opuso frontalmente como lo había hecho en el pasado y optó por una mayor cautela, presionando especialmente a los parlamentarios de las provincias menos pobladas del interior. Tampoco aquí las cosas salieron según lo previsto. El malestar del Vaticano con la media sanción de la ley y la escasa sintonía del papa Francisco con Macri, llevaron al pontífice a comparar el aborto con la barbarie nazi: "Hoy hacemos lo mismo, pero con guantes blancos".
Después de Irlanda, Argentina ha dado un gran paso para despenalizar el aborto, pero no al cien por cien. Quedan tareas pendientes, aunque lo más importante ya se ha logrado al trasladar a la opinión pública la idea de que no se trata de un estigma. En el tramo final del debate el diputado oficialista Fernando Iglesias mostró un mapa con los países donde el aborto está y no está despenalizado (mayoritariamente África, América Latina y buena parte de Asia) y preguntó a sus pares en qué lugar querían ubicarse. Argentina se ha vuelto a situar a la vanguardia de América Latina tras largos años de seguidismo bolivariano, que no se tradujo en conquistas concretas para las mujeres. Más allá de su retorica y del maquillaje peronista, el kirchnerismo mostró su subordinación en este punto a los dictados de la Iglesia, al igual que en Bolivia y otros países del ALBA. Una vez más se comprueba que el populismo no es garantía de mayores libertades ni de conquistas sociales profundas.
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Nota de la Redacción: este análisis ha sido publicado previamente en El Heraldo de México. Lo reproducimos con la autorización del autor.
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