Una centuria defendiendo la libertad
Cajón de Sastre
El diario La Prensa fue arrebatado a sus trabajadores y propietarios por la fatal pareja que desgobierna Nicaragua
Miami/Confieso con toda honestidad que hay medios informativos que nunca me han llamado la atención y otros por los que siento una gran admiración, entre los cuales está el diario La Prensa, una roca a la cual podemos acercarnos todos los periodistas que estemos listos para defender la libertad.
Siempre fui un lector voraz. La revista Bohemia y el Diario de la Marina eran en Cuba mis informadores regulares, hasta que la primera se convirtió, desde el primero de enero de 1959 en un bodrio al servicio del castrismo y el segundo fue enterrado, ataúd y todo lo demás, simbólicamente, por estudiantes universitarios cubanos cumpliendo los mandatos del dictador en jefe, Fidel Castro.
Como expresé anteriormente siempre he admirado al diario La Prensa y me sorprendió, cuando fue arrebatada a sus trabajadores y propietarios por la fatal pareja que desgobierna Nicaragua, que la expropiación del mismo no incluyera una parafernalia similar a la del entierro del Diario de La Marina en los predios de la Universidad de La Habana.
Ortega siempre ha sido un depredador, al igual que su par, el desaparecido Hugo Chávez
Ortega siempre ha sido un depredador, al igual que su par, el desaparecido Hugo Chávez. Ambos siempre procuraron imitar al ídolo de todos los abusadores de oficio que ha padecido este continente de 1959 a la fecha.
El caudillo nica al igual que Castro odia la libertad y sus defensores, por eso ataca a La Prensa y los valores que representa. Ellos gustan imponer la paz de los sepulcros, pero nunca podrán intentarlo si encuentran resistencia en amplios sectores de la población, en particular, como lo ha hecho La Prensa a través de su historia.
Es más que cierto que el corazón de un medio informativo está en sus periodistas, mientras los pulmones y el cerebro son sus empleados y la gerencia, porque si esta no tiene coraje, el medio por sí mismo deja de existir.
Repito, admiro a los periodistas capaces de decir sus verdades, como respeto a quienes venciendo los miedos que a veces nos atormentan se manifiestan contra los tiranos en las calles de Cuba, Venezuela y Nicaragua, como en cualquier otro país en el que la libertad y la soberanía de las personas sobre el Estado están en peligro.
Sin embargo, no perdamos de vista que sin periodistas con el valor de defender su trinchera tal y como lo hace un soldado ucraniano en la suya, la misión puede cumplirse, pero no tiene la repercusión que toda causa demanda.
La Prensa de Managua siempre ha cumplido esa misión: enfrentar dictadores y tiranías, combatirlas, aunque haya que cambiar de bastión como está haciendo en el presente.
Conocí el diario La Prensa por medio de mi tío Orlando, quien no era periodista sino tabacalero como mi madre, pero era lector asiduo de cuatro o cinco periódicos diarios y de las revistas Bohemia y Carteles. Mi tío decía que La Nación y La Prensa eran sus preferidos del extranjero, pero que amaba a los periódicos cubanos.
'La Prensa' de Managua siempre ha cumplido esa misión: enfrentar dictadores y tiranías, combatirlas, aunque haya que cambiar de bastión
Muchos periodistas de La Prensa han abandonado Nicaragua por la persecución. Desde el exilio siguen denunciando los crímenes del orteguismo. He conocido a algunos en esta ciudad de Miami y no descansan. Enfrentan las numerosas vicisitudes de un nuevo empezar, pero su meta siempre está en la libertad de sus connacionales y poder regresar a su Patria.
Desde los tiempos más remotos tendemos a admirar a los héroes y sus obras, siendo, sin duda alguna, en numerosas ocasiones, más importante el legado que su hacedor o hacedores, porque la obra puede enriquecerse constantemente con los nuevos aportes y luces de los subsiguientes artífices, siendo a mi parecer lo que ha acontecido con La Prensa.
Cierto que los tiempos han cambiado. La corrección política ha alterado valores y normas de no pocas personas y hasta influenciado que quienes defienden sus valores a sangre y fuego sean repudiados por algunos de sus coetáneos. Sin embargo, no han muerto el profundo respeto y admiración que siempre han existido hacia los comunicadores que combaten, con sangre y sin fuego, dictaduras como la nicaragüense, cubana y venezolana. Por eso el diario de los nicaragüenses La Prensa siempre ocupará un sitial de honor entre todos los medios del hemisferio.