Ciudad Democracia
La democracia es un contrato cuyo garante es una ciudadanía comprometida. Todo derecho muere si no se ejercitan los deberes
Miami/Lamentablemente un número importante de ciudadanos de todo el orbe no termina de percatarse de la rotunda verdad expresada por Winston Churchill, cuando dijo: “La democracia es el peor sistema de gobierno, a excepción de todos los demás que se han inventado”, motivo que conduce a muchos a descuidarla y dejar de disfrutarla.
Una democracia genuina debe estar conformada con el pleno disfrute de la libertad, el imperio del orden, una justicia justa y una igualdad de oportunidades que equipare a todos.
La democracia requiere de partidos políticos poderosos, no de cofradías. Los partidos son el instrumento adecuado para educar al electorado y a los aspirantes a puestos públicos. El vínculo idóneo entre el electorado y los candidatos, garantía relativa de que el funcionario electo se ajustará a las propuestas de la agrupación política a la que pertenece.
Los medios de información, cualesquiera que estos sean, cumplen un rol fundamental en la sociedad democrática, siempre y cuando no sean corrompidos por intereses espurios.
Es muy cierto que la gestión democrática no es perfecta, que una maquinaria electoral bien orquestada puede llevar al poder a los más viles y, aun peor, que esa misma democracia desaparezca porque elegimos para dirigirla a los que están comprometidos en su destrucción, tal y como ha sucedido en Venezuela, Nicaragua y Bolivia.
Es muy cierto que la gestión democrática no es perfecta, que una maquinaria electoral bien orquestada puede llevar al poder a los más viles
Nunca debemos perder de vista, aun en las más sólidas democracias, que detrás de toda cruzada electoral y los políticos más relevantes, hay operadores y gerentes que son quienes elaboran muchas de las pautas sobre las cuales se desarrollará la campaña. Sujetos que estudian nuestras expectativas para lograr sus propósitos, no siempre beneficiosos.
Estos estrategas buscan disminuir los votos a sus contrarios, en una especie de guerra sin disparos donde las bajas enemigas conducen a la victoria, no siempre de los mejores, pero aun siendo así, la democracia, mientras se respete, debe ofrecernos la oportunidad del cambio periódico, la alternabilidad en el poder, una de sus premisas clave.
Son riesgos inevitables, pero también hay antídotos, y es cumplir con nuestra obligación de ciudadanos de estar informados. Indagar en diferentes fuentes sobre los postulantes y las propuestas. Intentar conocer qué y quiénes están detrás de las fórmulas, particularmente aquellas que aparentan ser las más beneficiosas.
Las campañas políticas son azarosas para los candidatos, pero también para el electorado. Nunca debemos elegir a un postulante por su apariencia o la simpatía que genera, color de la piel, sexo, nacionalidad o religión. Nuestro compromiso es optar por el más capaz y quien mejor historial de servicio público pueda mostrar al electorado.
La toma de conciencia de este dilema ha determinado a nuestro Alexis Ortiz, periodista y político venezolano que me honra con su amistad, a iniciar un proyecto en la popular red de YouTube que titula esta columna.
Ciudad Democracia tiene como su objetivo principal motivar, incentivar a la ciudadanía a participar activamente en el usufructo de sus derechos y el cumplimiento de sus deberes. Hacer conciencia que no hay derechos si no se cumplen las obligaciones y viceversa.
Ortiz y su equipo están impulsados por la experiencia de haber perdido la democracia en Venezuela
La democracia es un contrato cuyo garante es una ciudadanía comprometida con su inspección. Todo derecho muere si no se ejercitan los deberes, porque los depredadores nunca faltaran en cualquier sociedad, incluida la democrática, donde existen condiciones para que nos despojen de nuestras prerrogativas.
Ortiz y su equipo están impulsados por la experiencia de haber perdido la democracia en Venezuela a través de elecciones, mientras aprecian que hay otras naciones en riesgo de perderla por las mismas condiciones.
El golpe militar de 1992 no condujo a Hugo Chávez al poder, fueron los votos populares, la frustración de un electorado desencantado por los malos manejos de algunos políticos sin escrúpulo, que traicionaron el contrato social al que todos nos debemos, tampoco cumplido por los electores al no someter a los postulantes a un examen apropiado.
Ciudad Democracia ha contraído el compromiso global de participar en la educación de todos, cumpliendo el postulado martiano —“la educación es el único medio de salvarse de la esclavitud…. Un pueblo de hombres educados será siempre un pueblo de hombres libres”— mientras nos enseña que hay naciones con vocación imperial, como Rusia, China, Corea del Norte e Irán, comprometidas con variantes totalitarias que conducen a la esclavitud.
El proyecto de Ortiz y sus asociados es importante para todos. Apoyemos Ciudad Democracia para defender los derechos de todos.