Cuba, la prisión más fértil y añosa del continente

Actualmente en Cuba exiten al menos 350 cárceles en las que permanecen cientos de presos de conciencia. (EFE)
Actualmente en Cuba existen al menos 350 cárceles en las que permanecen cientos de presos de conciencia. (EFE)
Pedro Corzo

04 de diciembre 2023 - 20:17

Miami/En unos días el presidio político cubano cumplirá 65 años, los mismos que la dictadura de los hermanos Castro, devenida sistema totalitario.

El presidio castrista ha sido particularmente masivo y cruento. Según investigaciones recientes, más de medio millón de hombres y mujeres han pasado en las cárceles cubanas entre un día y 30 años. Es el caso de Mario Chanes de Armas –participante del asalto al cuartel Moncada y condenado más tarde por el régimen– e Ignacio Cuesta Valle, quien ha confesado en numerosas ocasiones que no perdona a sus captores el haberlo liberado dos meses antes de arribar a las tres décadas de cárcel. Su hidalguía excepcional nace del orgullo de haber sufrido por su país.

La prisión política, al igual que los fusilamientos, son acontecimientos previos al castrismo. Aunque, en honor a la verdad histórica, ambos métodos se convirtieron en una epidemia atroz después del 1 de enero de 1959.

Otra característica única del régimen ha sido su forma de impartir justicia. Las condenas a muerte fueron miles, pero las de prisión, centenares de miles

Otra característica única del régimen ha sido su forma de impartir justicia. Las condenas a muerte fueron miles, pero las de prisión, centenares de miles. En muchos casos, las largas sentencias no tenían relación con el supuesto delito cometido, sino con el histerismo del régimen. Así lo avala un número reciente de la revista Lux, dirigida por el insigne Ángel de Fana, quien también fue condenado a 20 años de prisión por supuestamente incitar a un levantamiento armado.

Esta publicación, fundada en Cuba por los trabajadores del sector eléctrico y promovida en el exterior por el desaparecido dirigente sindical Calixto Campos, en su última edición –titulada En Cuba, condenados a cadena perpetua por tratar de escapar de la dictadura sin que haya ocurrido violencia– habla sobre los castigos del régimen para quienes se interpusieron en su camino.

Realmente es inaudito que haya personas que deben estar en prisión toda su vida por la simple acción de intentar abandonar el país sin recurrir a la violencia, como ocurrió, entre otros casos, con un grupo de jóvenes que asaltaron en abril de 2003 la lancha Baraguá, que realizaba la travesía del poblado de Regla a La Habana, para escapar hacia Estados Unidos.

Ninguna persona resultó herida, salvo los muchachos que Castro condenó a muerte: Enrique Copello Castillo, Bárbaro Sevilla García y Jorge Luis Martínez Isaac. En menos de 48 horas los tres fueron fusilados. El hecho provocó, tras décadas de silencio, la protesta de varios organismos internacionales y de intelectuales como el escritor portugués José Saramago, quien dijo haber roto desde entonces, de manera definitiva, con Cuba.

Este crimen ocurrió en el marco de uno de los programas más abusivos de la dictadura: la llamada Primavera Negra, cuando decenas de periodistas y bibliotecarios independientes fueron apresados sin que les confiscaran un arma. Las sanciones por estos actos sin violencia rondaban los 25 años de cárcel.

En el mismo juicio fueron sancionados con cadena perpetua Harold Alcalá Aramburo, Maykel Delgado Aramburo, Ramon Henry Grillo y Yoanny Thomas González, al resto de los jóvenes le fueron imputadas diferentes penas, incluida la de 30 años de encierro.

El ataque al cuartel Moncada, en 1953, donde murieron decenas de cubanos de un bando y otro, no dio pie a sanciones tan severas como estas. Por el contrario, los hermanos Castro ni siquiera cumplieron dos años de prisión antes de ser liberados por una amnistía.

El sistema totalitario ha demostrado ser eficiente en muy pocas actividades, pero no hay duda de que merece la calificación más alta por su capacidad represiva

El sistema totalitario ha demostrado ser eficiente en muy pocas actividades, pero no hay duda de que merece la calificación más alta por su capacidad represiva y su habilidad para construir prisiones.

En 1958, la Isla contaba con una prisión por provincia, exceptuando a Oriente, que tenía dos. También existían las cárceles del Príncipe, el Reclusorio Nacional para Varones en Isla de Pinos y la prisión de menores de Torrens. Seis décadas y media después, existen en Cuba al menos 350 cárceles en las que permanecen presos de conciencia como Joel Dortha García, quien lleva más de 24 años preso tras ser detenido en 1999 en una embarcación que pretendía llegar a EE UU desde el puerto de Mariel.

No es un secreto que cualquier prisión es la antesala del infierno. Estar privado de libertad, depender de sujetos que las más de las veces aceptan ese trabajo por la vileza de sus almas, es terrible, pero les aseguro que el sistema totalitario de por sí es el averno, así que ignoro el calificativo apropiado para los centros de condenación del castrismo.

No obstante, pese a los horrores y abusos sufridos por todos los que han pasado por las cárceles castristas, no conozco a un solo ex prisionero político que no se sienta orgulloso de su experiencia, que comparte con tantos otros. Siempre tengo presente la afirmación de los ex presos Alfredo Elías y Eraiser Martínez: "Esta (la comunidad de presos políticos) es nuestra familia extendida".

________________________

Colabora con nuestro trabajo:

El equipo de 14ymedio está comprometido con hacer un periodismo serio que refleje la realidad de la Cuba profunda. Gracias por acompañarnos en este largo camino. Te invitamos a que continúes apoyándonos, pero esta vez haciéndote miembro de nuestro diario. Juntos podemos seguir transformando el periodismo en Cuba.

También te puede interesar

Lo último

stats