La elección de Claver-Carone al BID es clave para la reconstrucción de la nueva Cuba
Miami/La elección reciente del cubano-americano Mauricio Claver-Carone a la presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), más allá de reconocer su capacidad intelectual y su experiencia en el mundo de la alta política, pudiera ser de gran importancia para la urgente reconstrucción de Cuba, cuando el país llene los requisitos necesarios para ingresar al BID. Se trata de la institución financiera de desarrollo más importante en las Américas, con un presupuesto anual de 13.000 millones de dólares, dedicados a infraestructura y a programas de salubridad y educación, sin lugar a dudas tres prioridades impostergables en el futuro de la Isla.
La reconstrucción de Cuba por medio de un ambicioso programa de obras públicas le daría empleo a cientos de miles de obreros en la expansión, reparación y mantenimiento de puentes, carreteras, acueductos, alcantarillados y hospitales en mal estado. Y esos millones de dólares en sueldos no se utilizarían para importaciones que los cubanos pueden producir.
En el BID están representados prácticamente todos los países del hemisferio más Japón, Israel, Francia, Italia, Inglaterra y otros países desarrollados. El énfasis del BID, como en otras partes, sería aprovechar la fertilidad de Cuba y la sustancial capacidad productiva de la población, como lo demuestran los éxitos de los cubanos en el extranjero.
La elección de Claver-Carone es además un indicador de cómo muchos Gobiernos de la región perciben la contienda electoral entre Joe Biden y Donald Trump
La elección de Claver-Carone es además un indicador de cómo muchos Gobiernos de la región perciben la contienda electoral entre Joe Biden y Donald Trump.
Al conocerse el resultado de la elección virtual vía telefónica, y la amplia mayoría de los países miembros que lo eligieron, La Habana se apresuró a denostar la decisión al augurar grandes calamidades para la región.
En Washington, el secretario de Estado, Mike Pompeo, felicitó a Claver-Carone en nombre de la Casa Blanca, deseándole éxitos al frente del BID y agradeciéndole su gestión como director para América Latina en el Consejo Nacional de Seguridad. Claver-Carone se comunicó entonces con media docena de presidentes latinoamericanos cuyos países se habían opuesto a su elección, demostrando su interés en desarrollar un consenso para las difíciles tareas de sacar al continente de la crisis económica resultado de la pandemia del coronavirus y de los problemas endémicos, de la corrupción y la violencia.
Claver-Carone, abogado, fue también director de Estados Unidos en el Fondo Monetario Internacional y asesor principal en el Departamento de la Tesorería, donde se especializó en la investigación de grandes fraudes a nivel internacional y el uso de sanciones económicas por el Gobierno de Estados Unidos. Ha sido profesor universitario, dictado conferencias en varias universidades y comparecido ante audiencias del Congreso, donde cuenta con el respeto de un gran número de miembros del Senado y de la Cámara de Representantes, lo mismo demócratas que republicanos. Esa experiencia y relaciones personales le serán útiles a la hora de conseguir fondos adicionales del Congreso.
En cuanto la Administración de Trump anunció la nominación, la campaña de Joe Biden se opuso, al igual que exfuncionarios de la Administración de Obama.
La Habana y Caracas movilizaron al lobby pro castrista y a sus admiradores en el Congreso y el Senado norteamericanos, incluyendo al senador Patrick Leahy, demócrata por Vermont, responsable de suministrarle hace años a la esposa de uno de los cinco espías cubanos presos en Estados Unidos el semen de su marido para poder concebir un hijo.
Leahy, además, envió una carta a los países miembros del BID advirtiéndoles de que en caso de elegir a Claver-Carone, el banco tendría dificultades para conseguir partidas financieras del Senado. Implícito en la amenaza está la elección de Biden a la Presidencia en noviembre y que los demócratas ganen la mayoría en el Senado. La carta no pasó inadvertida y el periódico The Wall Street Journal publicó una fuerte crítica y la respuesta de Leahy.
Por su parte, Claver-Carone, quien ha dicho que el BID necesita más capital, publicó artículos en periódicos de varios países de la región.
El clima político en Estados Unidos es candente y es difícil separar cualquier decisión de esa importancia del factor Donald Trump
Todo esto sucede a unas semanas de las elecciones presidenciales norteamericanas. El clima político en Estados Unidos es candente y es difícil separar cualquier decisión de esa importancia del factor Donald Trump.
Además de señalar su relación con el presidente, varios políticos latinoamericanos denunciaron la nominación y alegaron que por tradición el presidente del BID ha sido un latinoamericano y que de no ser reelecto Trump, Clave-Caroner pondría en peligro las asignaciones futuras del Congreso.
Al preguntársele al respecto, el nuevo presidente del BID, que tomará posesión de su cargo el 1 de octubre, señaló que el presidente actual, el colombiano Luis Alberto Moreno, nació en Filadelfia y uno anterior, Enrique Iglesias, en España.
En los más de 60 años desde su creación, el BID ha tenido cuatro presidentes, pero Claver-Carone dice que solo servirá un mandato de cinco años. Insiste en que su designación inicia una nueva etapa de mayor participación, consulta y renovación. Dentro de cinco años, si su gestión en el BID es exitosa, es difícil predecir qué nuevos retos el futuro le habrá de deparar. Ojalá que para entonces la infraestructura, la economía de Cuba y el nivel de vida de los cubanos reflejen su gran potencial.
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