Carta abierta a Miguel Díaz-Canel
Dallas/Señor Miguel Díaz-Canel, presidente de la República de Cuba:
Le escribe un compatriota que no reside en la Isla. A finales de los años setenta, el líder chino Deng Xiaoping dio un paso histórico de consecuencias impensables que trajo como resultado convertir a la República Popular China en un poder económico mundial, un país que en aquel entonces estaba sumamente atrasado y pagando las consecuencias trágicas de las políticas de Mao Zedong, incluyendo la muerte de más de 70 millones de chinos.
Tras una década de aplicar el conocido eufemísticamente "socialismo con características chinas" (léase "economía de libre mercado") China comenzó a crecer y, en menos de 30 años, ha logrado sacar a más de 400 millones de chinos de la pobreza convirtiéndose en la segunda economía del mundo.
Usted tiene una oportunidad privilegiada de hacer historia en Cuba y convertirse en el líder que sacó el país adelante.
Durante los últimos años, y posiblemente obligados por las circunstancias, Raúl Castro desarrolló tímidas reformas, pero reformas al fin que han brindado un respiro a la población cubana después de más de medio siglo de poca productividad, ausencia de incentivos y, en general, una economía que ha dependido de benefactores extranjeros.
Usted bien sabe que más de un millón de cubanos hemos abandonado nuestra patria en busca de un futuro mejor que, aunque prometido en cada discurso, nunca se logró.
Profundice en las reformas. Abra la puerta a las oportunidades. De hecho, dele preferencia a los cubanos en vez de a las empresas extranjeras
Si bien el embargo estadounidense afecta la economía del país, especialmente porque limita la financiación exterior, los países de Europa del Este, incluyendo a la desaparecida Unión Soviética, no estaban bajo embargo económico y tenían tres décadas de atraso en relación a sus vecinos de Europa Occidental.
Si usted quiere vencer el embargo estadounidense lo primero que debe hacer es eliminar las barreras que le impiden a los ciudadanos cubanos traer desde el extranjero lo que deseen para comercializar. No hay razones reales para que mientras los extranjeros puedan invertir en Cuba y desarrollar empresas, a los cubanos les esté vedada esta opción. Hoy, en los aeropuertos, veo a mis compatriotas llegar sin maletas y regresar a Cuba cargados de televisores, piezas de autos, motocicletas y todo aquello que se les permite importar.
Creo que la razón real para las limitaciones es el temor del Partido Comunista de Cuba a perder poder. Sin embargo, tanto China como Vietnam han eliminado estas restricciones y no hay razón para suponer que el poder de sus correspondientes partidos comunistas esté en peligro. Ambos países desarrollan tácticas represivas que mantienen a raya a quienes aspiran a la democracia. En Cuba puede ocurrir algo igual.
Profundice en las reformas. Abra la puerta a las oportunidades. De hecho, dele preferencia a los cubanos en vez de a las empresas extranjeras.
Aproveche la oportunidad que la historia le ha brindado. Sea el líder verdadero que asumió un papel histórico e impulsó a Cuba hacia el desarrollo y el bienestar de sus ciudadanos.
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