Las organizaciones médicas del mundo deben investigar los hospitales psiquiátricos cubanos
Miami/La denuncia en las redes esta semana de 13 pacientes muertos en el Hospital Psiquiátrico de Holguín, si se confirma, reproduce la tragedia de 2010, cuando 26 cubanos fallecieron en el Psiquiátrico de La Habana (Mazorra), lo cual, según Granma, se debió a bajas temperaturas en la capital por un frente frío.
Lo que obligó a Granma a informar sobre el asunto en aquella ocasión fueron las fotos que llegaron al extranjero de las víctimas, que recordaban las de los campos de la muerte nazis. Habrá que esperar a lo que informen los periodistas independientes, que continúan bajo el acoso del régimen, sobre la situación en Holguín.
Pero el contexto en que aparecen las denuncias es preocupante: la situación de la Salud Pública cubana es precaria. El régimen mantiene un sistema de apartheid médico por el que los extranjeros son atendidos en hospitales con aire acondicionado, donde nada les falta y donde disfrutan de la dieta y las medicinas necesarias. Mientras tanto, los cubanos sufren todas las penurias, falta de alimentos y medicinas.
La Isla sufre epidemias de dengue, sarna y otras enfermedades que habían sido erradicadas antes de 1959, y un aumento extraordinario de pestilencia, moscas, mosquitos y ratas que no ocurrían desde antes de la Revolución
La Isla sufre epidemias de dengue, sarna y otras enfermedades que habían sido erradicadas antes de 1959, y un aumento extraordinario de pestilencia, moscas, mosquitos y ratas que no ocurrían desde antes de la Revolución, como resultado de la falta de mantenimiento de los acueductos y del alcantarillado, el racionamiento de alimentos y la recogida deficiente de la basura que se amontona en las calles de los barrios más pobres. Mientras tanto, el Gobierno construye hoteles de lujo para extranjeros.
Que el régimen ha abusado de la psiquiatría con fines políticos es innegable. En 1991, la prestigiosa Casa Editorial Transaction de la Universidad de Rutgers publicó La política de la psiquiatría en la Cuba revolucionaria, un estudio de más de 200 páginas auspiciado por Freedom House y Of Human Rights, que presidieron La doctora Elena Mederos y el obispo desterrado Eduardo Boza Masvidal.
En una devastadora introducción, Vladimir Bukovsky, el disidente e intelectual soviético que la KGB torturó en un hospital psiquiátrico, escribió: "Uno no puede sorprenderse (...) Cuba en este asunto sólo es diferente en que logró en treinta y dos años lo que la URSS consiguió en setenta y tres. Durante una sola generación, Cuba avanzó de 'la justicia revolucionaria' a 'la legalidad socialista', de 'la liquidación de los enemigos de clase' a 'la reeducación política' y al 'tratamiento psiquiátrico de 'los desafectos al socialismo'".
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