Pío Serrano, el poeta que conversa con las sonrisas
La Habana/En nuestro compromiso con la literatura, en 14ymedio tenemos el placer de ofrecer a nuestros lectores seis breves poemas de de Pío E. Serrano, publicados en Habitación de Olvidos (2007) por la editorial Salamanca. Desde la redacción de este periódico esperamos que disfruten de estas breves piezas literarias y se sientan atraídos por las palabras de un escritor que habla desde y para los sentimientos, no en vano es capaz de conversar con las sonrisas, como refleja uno de sus poemas.
Pío E. Serrano es un poeta y ensayista cubano, nacido en San Luis, en 1941, que reside en España desde 1974. Fue profesor de filosofía en la Universidad de La Habana y participó en los proyectos culturales El puente y El Caimán Barbudo.
En 1990 fundó la editorial Verbum en Madrid y seis años después, junto al novelista cubano Jesús Díaz, Encuentro de la cultura cubana. Entre sus libros de poesía destacan A propia sombra (1978), Cuaderno de viaje (1981) y Segundo cuaderno de viaje (1987).
Ha publicado poemas en varias antologías y editado Poesía completa, de Gastón Baquero, por su centenario.
PASA A MI LADO UNA SONRISA
Pasa a mi lado una sonrisa
y me detengo a conversar con ella.
A una señal convenida
–pues todos los encuentros son convencionales–
despejamos, escrupulosos, la incógnita callada,
y juntos asumimos las mejores maneras
que suelen confundir al desaliento.
WHY DID I LAUGH TONIGHT?
"Why did I laugh tonight?",
querido Keats,
muriendo estás tu muerte
como las cenizas de estos días,
como la quieta cólera
que callados guardamos en la noche,
y a veces sonreímos
para luego volvernos quietos,
asustados, al viejo cuestionar,
y de no estar alertas susurraríamos:
el tiempo parece no pasar.
PROYECTO EXISTENCIAL
Todo lo que toco es un recuerdo
o su proyecto.
Viva memoria que me acontece y guarda:
mi biografía.
Inadvertida presencia que por los ojos entra
y se agazapa;
que imperceptiblemente toca la piel y furtiva aguarda en ella:
prenda para el invierno.
Sellado pozo interior, retardada eclosión,
persiste la memoria en su labor lenta
su meritoria fundación de laberintos.
ULISES
Regresa Ulises
a la suave estación de los ojos de Penélope,
al generoso mantel cotidiano,
a las fragantes permanencias
de los rincones conocidos,
al memorioso gavetero
y al imperceptible polvo de sus libros
que aguardan el posesivo sello de sus dedos.
Regresa Ulises
y da de comer al gato
y compra el pan,
calienta el café y fuma Vegueros voluptuosos;
pero Ulises sabe más
y aguarda en su presencia trashumante
por las nuevas fundaciones
marginadas del tiempo y de la historia.
VIENTO TENAZ
Permanece el viento.
El mismo que acarició al tiranosaurio,
el mismo que secó el sudor del carpintero del caballo de Troya,
el mismo que sopló sobre la frente serena de Alejandro
y levantó la falda de ese puñado de polvo que duerme en una calle de Pompeya,
el mismo que, airado, alentó las llamas que lamen el cadáver de Savonarola,
el inesperado viento que llenó las velas que añoraban tierra,
el que volcó la copa de la novia,
el que agitó los pendones de la guerra y despejó el humo de la pólvora,
el que pasó la distraída página,
el que mece al ajusticiado,
triste con su corbata de cáñamo, que no sonríe más,
el que sostiene la cometa del niño que sonríe siempre,
el que deshace los nombres en la arena,
el que inclina el junco pero no lo vence,
el que dulcemente aloja sus dedos entre tus cabellos,
como si flotaran independientes de tu cuerpo.
Permanece el viento,
terco en su andadura,
y levemente nos borra del espejo.
LA PALABRA
Nunca diremos la palabra,
la presencia exacta jamás tendrá un lugar,
la medida perfecta no será mencionada,
el gesto más abierto se callará en nosotros.
Imperceptible siega se sucede,
paso a paso transcurre nuestro mejor momento;
el más sereno instante
siempre se fuga;
la más lúcida intención
reposa y aguarda inútilmente.
Cerrados estamos, permanecemos idos.