La Unión Europea debe dialogar con la sociedad civil cubana

La Habana/El Parlamento Europeo acaba de aprobar una resolución sobre los derechos humanos y la situación política en Cuba. El mismo día de su aprobación, la Comisión de Relaciones Internacionales de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) emitió una nota de protesta bajo el épico título digno de mejores causas La razón es y será nuestro escudo. En el texto, se describe al Parlamento Europeo como "rehén de un pequeño grupo de eurodiputados"; a la resolución se le llama "espuria e injerencista", sin "intención alguna de cooperar o dialogar"; resultado de que los partidos opositores españoles "han trasladado sus rencillas políticas internas contra el actual ejecutivo de ese país al Parlamento Europeo"; al lenguaje utilizado en la resolución se le llamó "retórica violenta, vulgar y neofascista"; y finaliza con las consabidas afirmaciones sobre el "disfrute pleno de todos los derechos humanos" en nuestro país, aseverando que las campañas "promovidas por los enemigos y sus lacayos" "no nos quitan el sueño".

Como es costumbre, el coro de los medios de comunicación gubernamentales repiten el leitmotiv de la nota, continuando la campaña mediática comenzada desde el 4 de junio con la declaración de denuncia sobre el tema, pronunciada por dicha Comisión de la ANPP. Para la mayoría de los cubanos, confinados en la jaula mediática exclusiva y excluyente de los medios oficiales, el tema quedará en esa vocinglería de barricada. A continuación, en contraposición, algunos elementos poco divulgados.

Para la mayoría de los cubanos, confinados en la jaula mediática exclusiva y excluyente de los medios oficiales, el tema quedará en esa vocinglería de barricada

1. Entre otros, la resolución del Parlamento Europeo se basa en el Acuerdo de Diálogo Político y de Cooperación (ADPC) entre la Unión Europea y Cuba, firmado en diciembre de 2016 —para entonces la mayoría de los países de Latinoamérica ya habían firmado un acuerdo similar—. El pacto facilita las relaciones de Cuba en temas como la economía, la migración y otros. También en su artículo 22 "Sobre los derechos humanos", las partes convienen en "cooperar en el ámbito de la democracia y los derechos humanos". Josep Borrell, Alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad desde 2019, miembro del partido de los socialistas obreros españoles, y uno de los principales defensores de los intereses del Gobierno cubano en el Parlamento Europeo, durante los debates de la resolución -que tuvieron lugar el 8 de junio-, se expresó así de este convenio: "Hemos tratado estos y otros casos con Cuba, con las autoridades cubanas, porque, como les digo, el diálogo sobre derechos humanos está en el centro de nuestra relación. Es una de las razones de este Acuerdo de Diálogo Político y de Cooperación (ADCP)".

2. Los eurodiputados se agrupan por afinidad ideológica. La resolución fue presentada por la segunda agrupación más numerosa dentro del Parlamento Europeo, el grupo S & D -irónicamente significa Socialistas y Demócratas-. Ellos representan a casi un centenar y medio de los parlamentarios, por lo cual es difícil tildarlos de "pequeño grupo".

3. La resolución de marras, además de los puntos críticos sobre la violación de los derechos humanos por el Gobierno de Cuba, apoya varias de las líneas principales de la política exterior cubana: reitera el apoyo al Acuerdo de Diálogo Político y de Cooperación (APDC) entre la UE y Cuba -a contrapelo de algunas voces que durante el debate pidieron su cancelación-, y solicita su pronta ratificación a los Gobiernos que aún no lo hayan hecho; reitera la importancia de ampliar el mandato del Banco Europeo de Inversiones y pide que Cuba pueda optar sin restricciones a su financiación; pide que se ponga fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto a Cuba por los Estados Unidos; y pide al Gobierno de esa nación que retire a Cuba de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo.

4. Es costumbre aprobar las resoluciones en el parlamento por párrafos. Así, de un proyecto pueden ser aprobados unos enunciados y denegados otros. El proyecto de resolución 2021/2745(RSP) que nos ocupa fue aprobado íntegramente.

De todo ello, sin embargo, lo más útil para los cubanos no estuvo en el propio texto de la resolución, sino en una frase pronunciada por el propio Borrell en su intervención: "Hasta ahora -es cierto-, estas reuniones formales han incluido solo a organizaciones cubanas registradas ante las autoridades, pero la Unión Europea está ahora recabando la opinión de todas las partes de la sociedad civil cubana en otros escenarios y a través de otros contactos". Hasta ahora la UE sólo había consultado ONG de la "sociedad civil", registradas por un Gobierno que las considera, según la doctrina leninista, "correas transmisoras" del mensaje partidista. El reconocimiento de la existencia en Cuba de una especie de sociedad civil "paralela" es un primer paso. Un diálogo sobre la situación de los derechos humanos en Cuba sin esa participación sería una ficción.

La resolución de marras, además de los puntos críticos sobre la violación de los derechos humanos por el Gobierno de Cuba, apoya varias de las líneas principales de la política exterior cubana

Aunque en el documento se mencionan correctamente algunos casos particulares, la violación de los derechos humanos por el Gobierno cubano no es un hecho puntual del momento actual, ha dejado huellas en varias generaciones. Para ilustrar, quizás convenga mostrarle a los eurodiputados un caso que me es cercano, alguien ya en la tercera edad, que creció durante más de 60 años sin sus dos tíos maternos fusilados después de un juicio sumarísimo de tres días en 1960 por "contrarrevolución". A pesar de ello, ese niño, más tarde joven, convencido de la doctrina aprendida en la escuela, hizo suya la necesidad de esforzarse y resistir para construir un futuro en el cual sus hijos vivirían mejor.

Después de dos o tres décadas de renuncias y esfuerzos, constató que todos éramos iguales, pero "algunos más iguales que otros" -al decir de George Orwell-, resultado de lo cual sus hijos vivían aún peor, mientras los descendientes de los "líderes históricos" disponían a su antojo de los dineros públicos para disfrutar de lujos. Por último, ese hombre, en la vejez y mortalmente enfermo, despidió a su hijo, empujado al exilio a fuerza de amenazas y acciones de las fuerzas represivas por ejercer el periodismo independiente, ausencia probablemente irreversible para el anciano. No, definitivamente no puede haber un diálogo sin contar con la sociedad civil "paralela".

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