La pelota y los presos políticos
Miami/La derrota del Team Asere en el Clásico Mundial de Béisbol en Miami ha entristecido a muchos cubanos fuera de la Isla, porque, más allá de las consideraciones políticas, está el factor humano.
Hasta hace unos años, no se podía hablar del deporte sin reconocer el liderazgo de Cuba y la calidad indiscutible de sus atletas, que ya antes de la revolución de 1959 habían ganado amplio reconocimiento internacional.
El béisbol es el deporte nacional de la Isla, y en el siglo XIX los cubanos se negaban a asistir a las corridas de toros, símbolo de la metrópoli española, y acudían a los juegos de pelota, que representaban al vecino del Norte.
En el estadio de Miami media docena de exiliados saltaron al terreno portando letreros pidiendo la libertad de los presos políticos mientras miles de exiliados en las gradas gritaban "patria y vida" y "libertad". Por atreverse a gritar cosas similares se encuentran más de mil cubanos presos en las cárceles de Cuba, donde cumplen condenas de años por sus protestas no violentas. Amnistía Internacional ha declarado a muchos de ellos prisioneros de conciencia y el papa Francisco pidió recientemente que se les ponga en libertad.
Por atreverse a gritar cosas similares se encuentran más de mil cubanos presos en las cárceles de Cuba, donde cumplen condenas de años por sus protestas no violentas
El presidente Díaz-Canel podría aprobar una amnistía similar a la que la mamá de Fidel Castro obtuvo para él, que cumplió tres años de una condena de quince por su participación en el ataque al Cuartel Moncada. En aquella ocasión también fueron amnistiados Raúl Castro y otros revolucionarios. Los obispos cubanos, la prensa, los partidos políticos, los sindicatos obreros y las fuerzas vivas del país apoyaron la gestión de doña Lina.
Ojalá que los obispos cubanos ofrezcan oraciones en todo el país, para que las gestiones del Santo Padre tengan éxito. En cuanto al béisbol, quiera Dios que los gobernantes cubanos dejen de escoger a los atletas sobre la base de su lealtad política y permitan a los peloteros más calificados representar a la nación cubana en el extranjero.
Hoy, la lamentable situación del béisbol cubano y sus estadios en ruinas se debe a lo que el presidente Díaz-Canel correctamente diagnostica como "la continuidad," que no es más que las políticas erróneas en vigor desde el triunfo de la Revolución.
Quién hubiera pensado cuando aplaudimos con tanto entusiasmo a los barbudos que llegaban a La Habana Cuba se quedaría sin campeones peloteros, o que la azucarera del mundo, se quedaría sin industria azucarera, la mayoría de sus centrales cerrados y miles de familias campesinas sin sustento.
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