‘Como lo conocí’ del 4 de abril de 2025

La Habana/El poeta Heberto Padilla dejó un surco, una trinchera abierta, en el quehacer literario de la segunda mitad del siglo XX cubano. No solo los innegables valores estéticos de su obra, sino la repercusión política de sus heréticos cuestionamientos, lo convierten en una figura indispensable para entender el agonizante proceso que todavía vivimos.

Mi tangencial encuentro con Padilla ocurrió en medio de la tormenta, toqué con mis manos los papeles sobre los que escribió su novela, tuvo la gentileza de leer y comentar, con indulgencia, los garabatos que yo creía poemas. Me legó el compromiso de decir la verdad, la mía, aunque rompieran mi página querida, aunque viva bajo la amenaza de que un día tumben a pedradas mi puerta.