Desaparecidos
La Habana/Las dos personalidades que representan los polos opuestos del llamado proceso de actualización del modelo cubano han desaparecido. Al buque insignia de las reformas económicas, Marino Murillo, no se le ve el pelo desde octubre del año pasado y José Ramón Machado Ventura, considerado como el mecanismo de freno de cualquier medida que parezca un cambio, no asoma en los medios oficiales desde el 27 de febrero.
Murillo no apareció en las imágenes que durante nueve días llenaron los espacios informativos a raíz de los funerales del expresidente Fidel Castro. No se le vio en la última sesión del parlamento cumpliendo su habitual rendición de cuentas sobre la implementación de los lineamientos del Partido; tampoco estaba en la tribuna saludando a las tropas que marcharon en el desfile militar del 2 de enero ni en ningún otro momento significativo del oficialismo durante el presente año.
Por otra parte, se ha vuelto extraño el día en que el segundo secretario del Partido Comunista, Machado Ventura, no aparezca visitando una granja de pollos, una fábrica de embutidos o un central azucarero, momentos que aprovecha para machacar sus lemas de disciplina, control y exigencia con los que ha sido titular casi a diario en la prensa oficial. Es la cara visible que exhorta a los campesinos a producir comida y a los obreros a cumplir con las medidas de ahorro.
Las ausencias llaman la atención tanto como las presencias. Lo que no se dice puede ser tan revelador como lo que se declara
Sin embargo, la señal más significativa que destapa las más disímiles sospechas sobre el paradero de este hombre de línea dura ha sido que al regresar Raúl Castro de su breve viaje a Venezuela no se dio la tan repetida escena de Machado Ventura recibiéndolo al pie de la escalerilla del avión. Tal vez sea esta la primera vez en que no se divulgan imágenes del regreso del general presidente al país y que en las notas informativas se deja de mencionar quién le dio la bienvenida.
El último Consejo de Ministros, realizado el 28 de febrero, ha sido el primero de la era raulista en que no se han trasmitido imágenes televisivas ni se han publicado fotos en el diario Granma. Tanto Murillo como Machado Ventura tendrían que haber estado visibles como parte el grupo de decisores de más alto rango en el país.
En lugar de ellos, en la información oficial sobre la reunión se hizo referencia a Leonardo Andollo Valdés, segundo jefe de la Comisión Permanente para la Implementación y Desarrollo de los lineamientos. Éste fue el encargado de decir en esta ocasión lo que le hubiera correspondido a Murillo, también conocido como el "zar de las reformas económicas".
No es serio propalar rumores y mucho menos inventarlos. En el periodismo solo deben contarse los hechos comprobados, mostrando evidencias y citando fuentes. Sin embargo, bajo el opaco velo de secretismo en que se desenvuelven los más importantes acontecimientos políticos y económicos en Cuba, las ausencias llaman la atención tanto como las presencias. Lo que no se dice puede ser tan revelador como lo que se declara.