¿Números o nombres? ¿Pacto o compromisos unilaterales?
No ha habido un pacto, sino un compromiso de Díaz-Canel, a menos que el Papa le haya prometido que no será castigado por sus pecados
La Habana/Una joven diseñadora de libros, que no es especialista en estadísticas ni en mediaciones políticas, hizo este comentario sobre las excarcelaciones prometidas por la dictadura cubana en 2025, año del jubileo: “Si anunciaron que sacarían de las cárceles a 553 reclusos debe haber sido porque se acordó una lista de nombres, porque si fuera un compromiso con números estaríamos hablando de 500 o quizás de 725 que son los años transcurridos desde el primer jubileo, pero 553 no juega con ninguna cábala”
En la carta que Miguel Díaz-Canel dirigió al papa Francisco a principios de enero se le informó que con motivo del Jubileo de la Esperanza 2025 se había tomado la decisión de “beneficiar con el otorgamiento de libertad a 553 personas sancionadas en debido proceso por delitos diversos contemplados en la ley”.
En el décimo punto de la Bula de Convocatoria al año jubilar 2025, Francisco propuso a los Gobiernos del mundo que “en el Año del Jubileo se asuman iniciativas que devuelvan la esperanza; formas de amnistía o de condonación de la pena orientadas a ayudar a las personas para que recuperen la confianza en sí mismas y en la sociedad”.
Enfocado de esta manera pudiera decirse que no ha habido un pacto, sino un compromiso unilateral de Díaz-Canel, a menos que el Papa haya prometido al dictador cubano que no será castigado por sus pecados. Pero que se sepa, solo se conocen pactos para la eternidad con el diablo y eso en la literatura.
Para que hubiera sido algo parecido a un pacto tendríamos que tener a un tercero, en este caso el presidente Joe Biden
Para que hubiera sido algo parecido a un pacto tendríamos que tener a un tercero, en este caso el presidente Joe Biden, en el caso de que este hubiera hecho de manera cuasi paralela un compromiso, también unilateral, de “liberar” al Gobierno cubano de la sanción que significa aparecer en la lista de países que patrocinan el terrorismo.
Para llevar esta hipótesis a sus extremos, entonces el Papa sería el intermediario entre ambos comprometidos, pero no hay una carta de Biden a Francisco ni alusión alguna a que la retirada de este país de la lista haya obedecido a la celebración del año jubilar.
Uno por acá prometiendo vagamente una cosa bajo la no explícita condición de que el otro prometa lo otro, puede calificarse de cualquier cosa menos de un pacto, donde se supone que haya garantías. Esto quizás explique por qué no existe una lista pública de nombres.
Por eso Trump pudo volver a poner el nombre de Cuba en la lista y por eso la dictadura pudo congelar las excarcelaciones de aquellos que tan injustamente fueron condenados por motivos políticos. Con tanta falta de transparencia, al régimen también le quedó la puerta abierta para apelar a la maniobra de sumar presos comunes al listado: personas que "en el espíritu del jubileo" podrán recuperar la confianza en sí mismas y en la sociedad.
La mencionada Bula de Convocatoria al Jubileo habla de esperanza y también de paciencia. Ojalá no haya que esperar a que Francisco cierre la Puerta Santa de la Basílica papal de San Pedro en el Vaticano el 6 de enero de 2026, momento en que concluye el Jubileo y que de alguna forma sería el plazo para cumplir este supuesto compromiso unilateral.