Verdad bajo las bombas

En los últimos días hemos estado literalmente bombardeados con las noticias sobre la franja de Gaza. A la distancia física y cultural que nos encontramos de esos asuntos resulta muy difícil hacerse de una opinión propia cuando solo recibimos, a través de los medios oficiales, las tendenciosas informaciones que descalifican a Israel y victimizan a los palestinos, o mejor dicho a Hamas.

Todos nos preguntamos cómo es posible que los cohetes que la comentarista Cristina Escobar (no es pariente mía) califica de "artesanales" y que caen sobre Israel sean tan sofisticados que solo matan soldados y nunca alcanzan a ancianos, mujeres y niños, cómo puede ser tan ineficaz o tan cruel la artillería israelí que no logra hacer blanco en los objetivos militares y solo aniquila a civiles indefensos.

Ayer a los editores de imágenes del noticiero se les escapó un cintillo de una agencia extranjera, de esos que aparecen en el borde inferior de la pantalla mientras pasan las imagenes. Afirmaba el cintillo que Teherán suministraba tecnología para los cohetes palestinos. De pronto toda la verdad oficial con sus innegables cuotas de "verdad real" quedó en tela de juicio.

No sé quien tiene la culpa de aquel conflicto. Solo sé que mueren inocentes.