La papa, el candidato ganador en Pinar del Río
Pinar del Río/El día que los cubanos votaban para elegir a los representantes de base del Poder Popular, los mercados estatales de Pinar del Río pusieron la papa a la venta.
La casualidad, dijo alguien, es hija de la causalidad y de ahí la suspicacia de algunos que interpretaron la venta del carísimo tubérculo como estrategia electoral para hacer salir de sus hogares a los votantes o trastocar posibles planes de fuga a casa de amigos o familiares que viven lejos. ¿Quién permitiría que se perdieran las papas a un peso en moneda nacional la libra por escaparse del compromiso de las elecciones del delegado? Muy pocos. Un triunfo de marketing político al mejor estilo soviético.
Los mercados estatales están situados muy cerca de los colegios electorales. "Matar dos pájaros de un tiro", dice el dicho. Se votaba y de allí se iba al mercado a comprar la papa.
Un señor de setenta años aseguraba antes de colocar la boleta en la urna: "Voy a acabar rápido con eso del delegado, que yo ni sé quién es y no me importa", para de inmediato agregar: "Me voy pa' la cola de las papas, que hay cantidad de gente y hoy cierran al mediodía". Con cierto tono de autoridad electoral, concluía: "La papa venció en estas elecciones, mi socio".
Si el ánimo de los habitantes de la ciudad de Pinar del Río se notaba algo alterado era porque celebraban la victoria de la ganadora absoluta de estas inolvidables elecciones que transcurrieron en las tarimas y que tuvieron como único candidato a un alimento que aparece muy esporádicamente en los mercados.
Mientras, en los comicios se notaba el aburrimiento de los miembros de los colegios, con ganas de que llegara la hora de cierre. La indiferencia y la apatía rodearon al proceso para seleccionar a "los más capaces". "Es tedioso y nadie se lo toma en serio", decía un tertuliano de la Peña de Pelota del Parque del Bosque, en el centro de la ciudad.
En esta "histórica jornada electoral", la candidata papa no tuvo rivales y se llevó una sonada victoria.
