Víctor Mesa: un clavo para el ataúd del béisbol cubano
Pinar del Río/La pelota cubana genera más noticias extradeportivas que estadísticas de juego. Sin terminar aún el culebrón por la fuga los hermanos Gourriel, ha surgido otra trama, esta vez salpicada por la violencia. Su protagonista en esta ocasión es el exintegrante de la selección nacional y mánager del equipo Matanzas, Víctor Mesa.
El villaclareño protagonizó un altercado con dos jóvenes a los que asestó golpes en el rostro después de recibir ofensas verbales, según una nota divulgada por la Dirección Provincial de Deportes en Pinar del Río. Con posterioridad se comprobó que los dos agredidos no tenían nada que ver con los gritos lanzados al explosivo mánager cuando salía de su hotel hacia el estadio Capitán San Luis.
En la peña deportiva del Parque Roberto Ámaran el suceso ha desplazado en las discusiones a lo que ocurre sobre el terreno en la Serie Nacional de Béisbol. "Víctor Mesa está recogiendo lo que ha sembrado durante muchos años, siempre ha sido un engreído. Aunque nadie tiene el derecho de ofender, el que siembra vientos recoge tempestades", comenta Pinky, un asiduo del lugar.
El villaclareño protagonizó un altercado con dos jóvenes a los que asestó golpes en el rostro después de recibir ofensas verbales
En el hotel, un custodio relata que después del altercado Mesa seguía muy alterado y "llegaron los policías para tomarle declaración en el lugar". En la investigación, que comenzó a raíz de la denuncia de los familiares de uno de los jóvenes agredidos, se comprobó que ambos "nada tenían que ver con lo sucedido" y "venían de un repaso para las pruebas de ingreso a la Universidad", asegura la nota oficial.
Las agresiones verbales contra jugadores y mánager se han vuelto práctica frecuente en la afición cubana. "Lo que le hicieron está muy mal", dice Óscar, Picuili, un seguidor del pasatiempo nacional que no ve con buenos ojos los ataques verbales que recibió Mesa. "Cuando Pinar les ganó en el 'play off' en Matanzas no fue capaz de felicitar al equipo nuestro, eso no es de buen deportista", lamenta sin embargo.
El temperamento y la irascibilidad del otrora estelar jugador es harto conocida. En sus mejores tiempos se le llegó a conocer como "la explosión naranja". Siempre ponía picante a las jugadas en las que participaba, recibiendo aplausos o rechiflas, según el lugar. Este fuerte carácter, que trasladó a su manera de dirigir, junto con sus encontronazos con la prensa oficial, le han añadido leña al fuego.
Sin embargo, esta vez parece habérsele ido la mano y ya quedan pocos que aplaudan los ataques de carácter de Mesa, de manera que ha anunciado su retiro del béisbol. La decisión ha alimentado las especulaciones de los fanáticos, como Eliosbel, para quien la decisión está relacionada con el hecho de "preparar el terreno a sus hijos para que en el futuro jueguen en Estados Unidos". En su opinión, el béisbol cubano "está por los suelos" y "los golpes, la violencia, las renuncias y las fugas de peloteros" apuntan a problemas profundos.
Este fuerte carácter, que trasladó a su manera de dirigir, junto con sus encontronazos con la prensa oficial, le han añadido leña al fuego
En el Puesto de Mando de la Dirección Provincial de Deportes, en el Estadio Capitán San Luis, Mario Luis Lazo Guerra, jefe de protección del estadio, desmintió a 14ymedio lo dicho por Víctor Mesa en la entrevista a Contreras. "En la sub serie ante Pinar, exigimos más garantías de parte de los agentes de Orden Público, y no fue hasta el tercer partido que la situación se controló como se requería", había dicho.
"Eso es incierto, aquí desde el primer y hasta el último juego se les brindaron todas las seguridades a los deportistas de Matanzas", asegura Guerra. "No solo a ellos, a todos los equipos que juegan aquí siempre les hemos dado nuestro mejor servicio, eso se lo aseguro como que estoy aquí", añade.
Para Picuili lo ocurrido no es más que "una consecuencia" de la forma en que el mánager matancero "trata a las personas" pero lamenta que el incidente haya terminado con la decisión de Mesa de no seguir dirigiendo el equipo. "La que sufre es la pelota nuestra", afirma. La sensación compartida por muchos es que, con su manera de actuar, Víctor Mesa le ha colocado otro clavo al ataúd del béisbol cubano.