‘El mundo y mi Cuba en el Diario’, de Uva de Aragón
Santa Clara/El mundo y mi Cuba en el Diario, de Uva de Aragón, es un libro de dificilísima lectura, no por el estilo, que no puede ser más directo y sintético, sino por la carga emocional que se concentra en cada uno de estos breves artículos. No puede el lector más que hacer largas pausas tras leerlos, a la espera de que en algún momento esa fibra que nos han puesto a resonar finalmente se detenga, que logremos por fin asimilar ese mazazo de sentimientos e ideas con que la autora nos enfrenta en cada uno. Confieso que, por ejemplo, tras leer Mi padre y la luna y Mi madre y los caramelos he debido abandonar para otro día una lectura que no acababa sino de iniciar.
Selección mínima de lo publicado por la autora en su columna del Diario de las Américas, Vitalina Acuña, su compiladora, se las ha ingeniado para dar a los cubanos de la Isla una visión introductoria a la vida, la obra, los sueños de Uva de Aragón. En este libro estructurado en nueve capítulos, se reúnen Historias de Familia, reseñas o pequeños ensayos de indagación en la vida y las circunstancias de gentes como Max Aub, Gregorio Marañón, Charles Dickens o Mark Chagall, memorias del éxodo del Mariel, opiniones nada complacientes sobre la vida política de EE UU o sentidas defensas de personalidades de la cultura, a la manera de la dedicada a Domingo del Monte, viajes y mucho de Cuba, mucho... Tanto que, al escribir de Gerald Ford y su sacrificio político en pro del restablecimiento de la confianza en la democracia en EE UU, notamos que más bien es a la conocida incapacidad cubana para valorar actos semejantes a quien habla. No olvidemos que a quien ella llama su "segundo padre", Carlos Márquez Sterling, llevó adelante un parecido sacrificio cuando, a finales de 1958, intentó desplazar a la dictadura batistiana del poder pero enfrentándola en las urnas.
De que la separación física no ha logrado romper la unidad espiritual de la nación cubana da buena cuenta la recepción en la Isla de este libro que, ahora, en una tirada de 2.000 ejemplares, nos entrega Ediciones Holguín. De hecho, otra de las razones que explican mi demora de casi un mes en terminar este libro es el que para empezarlo he debido esperar a que todas las mujeres de mi familia, y hasta el ñángara de mi Viejo, lo leyeran antes.