Diez años, un blog
Amanece, el sonido del teclado marca el inicio de la jornada. Comienzo un blog que me hará vivir los momentos más gratos y terribles de mi existencia. Salgo a la calle con la memoria USB colgada al cuello, subo la escalinata del Capitolio de La Habana y mascullo unas frases para colarme en el local de acceso a internet exclusivo para extranjeros. Es el 9 de abril de 2007 y publico el primer texto de Generación Y... Mi vida acaba de dar un vuelco.
Ha pasado una década desde aquella escena. Un tiempo en que he desgranado post a post los sucesos que marcaron la realidad de mi país y de mi propia existencia. He rellenado las páginas de este diario personal y dejé testimonio de los azarosos e intensos años que he vivido. Una bitácora digital que bien podría servir como retrato impresionista de la Cuba de principios de este milenio.
Mucho ha llovido desde entonces. Descubrí el inmenso alcance de la palabra escrita, el carácter amplificador de la tecnología y la ausencia de límites éticos de un poder autoritario. Gané responsabilidad ante cada frase publicada y no pocas veces pagué las consecuencias no por lo que dije, sino por lo que otros creyeron que había dicho.
Descubrí el inmenso alcance de la palabra escrita, el carácter amplificador de la tecnología y la ausencia de límites éticos de un poder autoritario
Me gané el regaño de un severo líder acostumbrado a escuchar solo su propia voz, pasé más de una noche en algún calabozo y aprendí a hablar en código para evitar los micrófonos colocados en mi casa. Me acostumbré a ver mi rostro en los medios oficiales rodeado de los peores adjetivos y perdí más de un amigo. Sin embargo, los momentos gratos han superado con creces a todos los castigos que me trajo este espacio de opinión.
Vi nacer y tomar fuerza a innumerables voces que hicieron de la blogósfera cubana un lugar más plural e inclusivo. Conocí a muchos, como yo, que en sus respectivos países echaron mano de las nuevas herramientas digitales para intentar mejorar su sociedades. Recibí el respaldo de mi familia y descubrí la profesión que ejerzo hoy: el periodismo.
Cada texto que ha salido en Generación Y muestra ese camino personal, marcado por los obstáculos y las gratificaciones. Si pudiera volver en el tiempo solo enmendaría el momento en que me decidí a abrir este blog. No me perdono haber tardado tanto en expresarme.