Celebración y picadillo
Con motivo del medio siglo de aquel primero de enero de 1959, los cubanos pudimos comprar -a través del sistema de racionamiento- media libra de carne molida. Ese sentido del humor que frecuentemente nos salva de la neurosis no dejó escapar al inesperado manjar y lo bautizó como “el picadillo enviado por Chávez”, en alusión al evidente apuntalamiento económico que llega desde Venezuela.
Un proceso político de la envergadura de una revolución socialista debería aspirar -en su cincuenta aniversario- a resultados más ambiciosos y a fiestas más pomposas, pero no hay mucho para dar. Aunque parezca una frivolidad, para muchos cubanos la venta de esa carne de vaca fue el hecho más importante ocurrido por estos días. Su sabor será el recuerdo que conservarán de un diciembre gris y un enero igual de demacrado, donde ni siquiera hubo promesas de posibles mejorías o reformas.