Celebración
En días como estos lamento mucho no tener una conexión a Internet, para compartir tanta felicidad con los comentaristas del blog. Entrechocar los teclados, brindar frente a la pantalla y agradecerles a todos los que me han apoyado con sus frases de aliento, sus críticas y sus sugerencias.
Hace tres años, esa tímida mujer –que un día fui– abrió este espacio virtual para narrar su realidad, con más miedos que certezas. Recuerdo la incredulidad de los lectores en un primer momento, las dudas de algunos, el carnet de la Seguridad del Estado o de la CIA que me han puesto otros, los tropiezos en el arduo camino de opinar. Desde el 2007 hasta aquí, siento que he vivido seis o siete vidas a la misma vez, llenas de logros pero también marcadas por la coerción constante de un aparato represivo que se niega a dormir.
Sin embargo, como soy una optimista crónica sólo voy a quedarme con las satisfacciones: la blogósfera alternativa que crece, el muro al que se le abren grietas, el Podcast que acabo de inaugurar hace unas semanas y todos los SMS que he recibido para felicitarme por el nombramiento de “Héroe de la libertad de expresión” del Instituto de Prensa Internacional y ahora la grata sorpresa del Premio Príncipe Claus 2010.