Día de las madres o "una madre al día"
(Texto escrito el domingo 11 de mayo y a la espera de una conexión a Internet que sólo ha llegado hoy)
Mi hijo se hace un hombre y ya exige su propio espacio. Por el momento su territorio es breve: un cuarto, el caos de quien no está al tanto del aburrido orden de las cosas y la anárquica consigna de "quiero hacer lo que me da la gana". Ya puedo vaticinar los encontronazos cuando las demandas de autonomía se extiendan a su ciudad y a su país. Cuando la alcanzada conquista de colgar sus íconos en las paredes dé paso a la necesidad de exteriorizar alguna "incómoda" preferencia.
El día llegará en que no le baste el peinado, la moda o la música para sentirse diferente. Se hará entonces agitador, reaccionario o extremista, con la complicidad absoluta –óiganlo bien- de su progenitora. No pienso desterrarlo de la casa, delatar sus acciones, renegar de sus actos o aclarar -para salvar mi responsabilidad- que "no lo eduqué para eso".
A fin de cuentas también él ha tenido que cargar conmigo y soportarme. Sea lo que sea: estrafalario, pirómano, contestatario, incluso indiferente, me tendrá a su lado. Hay que preguntarle a él si hará lo mismo conmigo. Si un día este Blog, mi historia, mis excesos, no pesarán demasiado sobre su vida.