De la mano de Bradbury, Čapek, Hurtado y Chaviano...

Yoani Sánchez

20 de febrero 2014 - 17:25

Amoroso Planeta, Daína Chaviano

Entre las posesiones más preciadas de mi infancia, tenía una colección de libros de ciencia ficción. Aquellas páginas llenaron largas horas de mi vida, permitiéndome conocer otros mundos y escapar –a voluntad- de la chata realidad. A mi hermana le gustaban los cuentos de planetas lejanos, naves espaciales y civilizaciones extraterrestres. Yo prefería las fantasías posibles, que me dejaban con la sensación de que en cualquier momento podrían ocurrir: Viajes en el tiempo, científicos que manipulaban la genética y criaturas rescatadas del ayer, eran mis favoritos.

De la mano de Karel Čapek, Isaac Asimov, Daína Chaviano, Stanislaw Lem y Oscar Hurtado, mi adolescencia se volvió un tiempo ambientado con robots, humanoides, hadas, platillos voladores y galaxias remotas. Varias compilaciones del género habían sido publicadas por aquellos años, en unas ediciones de páginas amarillentas y tipografía apretada. Sobre nuestro librero había un lugar de honor para las Crónicas marcianas, las antologías Enfriamiento Rápido y La llamada de Cthulhu,  los geniales Cuentos de Ray Bradbury y la novela Los mercaderes del Espacio. Aquellos textos funcionaban para nosotras como puertas hacia otra dimensión.

La 23 Feria Internacional del Libro de La Habana, ha traído una muestra de autores de ciencia ficción. Por la parte cubana sobresale José Miguel Sánchez, Yoss, mientras como invitado extranjero ha venido el destacado autor ruso Serguei Lukianenko. Se ausentan, sin embargo, los grandes títulos de la última década en un género que sigue evolucionando y atrapando lectores. La razón para tal  falta es la incapacidad económica de muchas editoriales del patio para costear los derechos de autor de creadores foráneos. También cierta subestimación del género, que no ha logrado abrirse paso en los planes anuales de lo que se imprime y se promociona.

Aún así la fantasía no se detiene, los deseos de encontrar algo más allá de esta torpe realidad, seguirá alentando a quienes amamos los libros de ciencia ficción.

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