Nueva subida de precios
Desde hace medio mes a Marta le aumentaron treinta y cinco pesos cubanos en su exigua pensión. En la cola del banco donde cobra la chequera se encontró con una amiga que le advirtió: “¡Aguántate, que ahora viene la correspondiente subida de precios!” Pero como de pesimistas y malos agüeros parecen estar llenas nuestras calles, no se creyó tan alarmante vaticinio. Gran error, pues el sábado cuando fue a hacer las compras notó que necesitaba más dinero para adquirir los productos básicos en las tiendas de pesos convertibles.
Con sus sesenta y dos años, Marta ya no se asombra de casi nada. Sin embargo, se llevó un susto al ver la botella de aceite por la que antes pagaba 1.90 CUC –alrededor de 45 pesos cubanos- con un nuevo cartelito de 2.30 CUC. No recordaba ningún anuncio oficial sobre una escalada de precios y hasta hubiera jurado que las expectativas de la mayoría apuntaban en sentido contrario. De manera que la “generosa” subida en su pago de retirada le alcanza sólo para comprar un cuadrito de sopa concentrada y una bolsa de detergente de 300 gramos. Este último producto ahora sólo se encuentra por 1.30 CUC, un 30 % más que lo que costaba la semana pasada.
Muy a su pesar, tendrá que darle la razón a su amiga la próxima vez que la vea. Confirmarle que a las mejoras salariales parecen –de un tiempo a esta parte- colgarle sus proporcionales aumentos de precios.