Las utopías y disidencias de Pedro Pablo Oliva
Hace algunos años visité la casa taller del pintor Pedro Pablo Oliva. Apenas nos habíamos visto en alguna ocasión anterior, pero él me hizo pasar a su estudio y me enseñó la obra a la que daba los últimos retoques. Un enorme lienzo vertical se levantaba frente a mí y el artista se quedó en silencio, sin explicar nada. En el centro de la tela levitaban dos figuras. Una era Fidel Castro, traslúcido como si lo viéramos a través de una radiografía, avejentado y con cierto aire fantasmal. Entre sus brazos, estrujaba hasta la asfixia a una muchacha lánguida que parecía querer escaparse de aquel apretón. Era Cuba, agotada por tan acaparadora compañía. A los pies, un grupo de ciudadanos pequeñitos y de ojos vacíos observaban –o se imaginaban– la escena.
Nunca he podido olvidar aquel cuadro, porque en un número limitado de centímetros Oliva había recogido el derrotero nacional del último medio siglo. Su atrevimiento en aquella obra me impactó, como ya lo había hecho su clásico El Gran apagón (1994), dado a conocer cuando los cortes eléctricos eran más que una metáfora artística. Ahora, años después supe de la cancelación de su exposición Utopías y disidencias en el Museo de Arte de Pinar del Río. Las justificaciones oficiales aludieron a que en la ciudad no existían "condiciones subjetivas favorables" para inaugurar la muestra. Una rebuscada forma de rechazar las incómodas imágenes donde el personaje de Utopito cuestionaba las ideologías y los sueños a partir de los resultados.
Sin embargo, la tenacidad de Oliva ha ido por delante de los funcionarios culturales y acaba de anunciar que la censurada exposición se hará finalmente en su casa taller. De manera que sus admiradores pinareños y de toda la isla podrán, a partir del próximo primero de noviembre, disfrutar de una parte de las obras de Utopías y disidencias, ya que dado el pequeño espacio donde se exhibirán no han podido incluirse todas.
En esa misma sala donde un político exánime apretaba a la patria hasta el sofoco, en pocos días comprobaremos como ella logra salirse de ese abrazo mortal, seguir su vida, continuar su creación.