El béisbol en nuestro país, un símbolo de identidad nacional
Desde su introducción en la isla en 1864 por estudiantes que regresaban a Cuba desde Estados Unidos, este juego ha tejido su historia en nuestra cultura. El primer partido oficial registrado se disputó en 1874 en el Estadio Palmar de Junco, en Matanzas, considerado el campo de béisbol aún en activo más antiguo del mundo. Desde entonces, la tradición ha acabado por convertirse en una identidad y un símbolo de resistencia.
Un tema controversial
A diferencia de otros países, las apuestas deportivas están prohibidas en Cuba, aunque muchas personas recurren a casinos online internacionales regulados para seguir partidos y apostar de manera informal. Mientras tanto, en otros países de Latinoamérica, el entretenimiento deportivo va de la mano con casinos que siguen la ley. De hecho, quienes viajan a Santiago o Viña del Mar pueden disfrutar de uno de los mejores casinos en Chile, donde el deporte y el juego conviven en un ambiente legal y seguro.
Las estadísticas que nos definen
En 1961, Fidel Castro abolió el béisbol profesional, reemplazándolo por un sistema amateur que priorizaba el orgullo patrio sobre el profesionalismo. No obstante, nuestro país dominó en eventos internacionales de igual forma. Equipos como Industriales y Santiago de Cuba se convirtieron en iconos, llenando estadios con aficionados que coreaban consignas revolucionarias.
Nombres que pasarán a la historia
En la actualidad, pese al éxodo masivo de talento, Cuba acumula 25 medallas de oro en los Juegos Panamericanos y ha llevado al estrellato a grandes leyendas como Omar Linares, José Contreras y los hermanos Gurriel, que se convirtieron en la primera familia en tener a dos personas que han ganado Series Mundiales (Yuli con Astros, Lourdes Jr. con Arizona).
A lo largo de la historia del béisbol, más de 380 peloteros cubanos han llegado a Grandes Ligas, incluyendo estrellas como José Abreu, que ganó el premio al Novato del Año en 2014 y Aroldis Chapman, que sigue siendo uno de los lanzadores más dominantes con su recta que supera los 100 mph, con una intervención que ayudó a los Cubs a romper la maldición de 108 años sin Series Mundiales en 2016.
Cuba también ha tenido actuaciones memorables, como el promedio de bateo de José Miguel Fernández en 2013, en el Clásico Mundial de Béisbol. ¿Y quién no se emocionó cuando "Pito" Abreu ganó el MVP en 2020 con los White Sox, llorando como un niño cuando le dieron el premio?
Nuestra ceremonia cotidiana
Desde las calles de La Habana y su Malecón Habanero hasta los estadios de Grandes Ligas, los peloteros llevan consigo ese estilo caribeño inconfundible, las victorias de Industriales o Santiago se celebran con la misma pasión que los éxitos de la selección nacional de Cuba, mientras los aficionados que juegan en terrenos improvisados en barrios como Lawton o Alamar crean su propio lenguaje al respecto: un “jonrón” es siempre “un palo”, un lanzador hábil “tiene tremenda candela” y los strikes se cuentan con una mezcla de resignación y humor típica de nuestro país con un “¡qué picheo más comprado!”.