SNet pide una "licencia especial" al Gobierno para seguir operando

La Habana/Los días de la red inalámbrica SNet (Street Network), que durante años ha unido puntos muy distantes de la geografía habanera y nutrido de contenidos a sus usuarios, están contados si nadie lo remedia. Por eso el equipo de administración se ha puesto manos a la obra y, apenas tres días después de conocerse las medidas que regularán desde el 29 de julio las conexiones privadas, se ha reunido a puerta cerrada en La Habana para definir su nueva estrategia y acordar con el Gobierno una fórmula que le permita sobrevivir.

El equipo hizo público este sábado un comunicado en el que expresa su posición sobre las nuevas normas que regulan las redes privadas de datos y sistemas de alta velocidad. En el lado positivo, agradecen que se trate de "optimizar el uso del espectro radioeléctrico y generar un marco legal" para conectarse a las zonas wifi de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (Etecsa), además de permitir la importación de equipos que, hasta ahora, estaba prohibido.

Los informáticos consideran muy perjudicial la escasa potencia permitida, lo que afectará a la "baja latencia" de los enlaces, necesaria para poder usar con eficiencia videojuegos o ver videos en 'streaming'

Sin embargo, los informáticos consideran muy perjudicial la escasa potencia permitida, lo que afectará a la "baja latencia" de los enlaces, necesaria para poder usar con eficiencia videojuegos o ver videos en streaming. Para mantener una conexión satisfactoria entre varios puntos, la comunidad tendría que invertir en la compra de numerosos equipos que permitan unir varias manzanas de una localidad.

Los administradores de SNet proponen a las autoridades la creación de "una licencia especial" para que la red, tal y como existe hoy en día, pueda conectar a los servicios de Etecsa y continuar beneficiando a sus usuarios, que temen un cierre de esta iniciativa y el encarecimiento de la conexión sin su mediación. Para quienes no tienen recursos económicos, conectarse a internet pagando 1 CUC la hora de navegación en las zonas wifi oficiales o comprar un paquete de datos para el acceso desde el móvil puede suponer en la práctica quedar desconectado.

El equipo ha llamado a la calma a sus miembros y afirma que hará todo lo posible por proteger la comunidad. El objetivo ahora es buscar un intercambio con las autoridades similar al que han tenido en otros momentos. "Tenemos la experiencia positiva del encuentro informal Etecsa-SNet en el año 2016, donde pudimos plantear muchas ideas realizables, aunque hasta ese momento imposibles por no contar con una legislación que nos amparara", recuerdan.

Los administradores de los nodos principales están recogiendo firmas con el propósito de hacer una reclamación formal y recomiendan no realizar encuentros públicos o protestas en la calle, porque no creen que esta sea la mejor estrategia en estos momentos.

En los foros de discusión, algunos usuarios piden mayor beligerancia y ponen como referente a los artistas independientes, organizados para protestar contra el Decreto 349 y que finalmente lograron resultados. "Sentados en la casa no vamos a resolver nada. Los artistas al otro día ya estaban en la calle y en las redes sociales, y su voz se hizo eco y tuvieron que modificar la resolución", reivindica un administrador.

Los administradores están recibiendo advertencias de que "a cualquiera que haga una convocatoria a marchar o presentarse en el Ministerio de Comunicaciones le pueden caer entre 3 y 5 años de cárcel"

Otros, como Krug, un usuario de Centro Habana, contó a este diario que en SNet están evitando hablar con la prensa independiente, porque los administradores principales están recibiendo advertencias de la Seguridad del Estado de que "a cualquiera que haga una convocatoria a marchar o presentarse en el Ministerio de Comunicaciones le pueden caer entre 3 y 5 años de cárcel".

A inicios de este siglo existían en La Habana redes por cable aisladas que, en la medida que las tecnologías evolucionaron, comenzaron a unirse. En 2011 el fenómeno cobró fuerza y, por fin, en 2016 saltó a la prensa independiente y extranjera. SNet, que ahora acumula en torno a los 20.000 usuarios, se consolidó como un ecosistema de interacción y distribución de contenido en paralelo a los medios oficiales.

Desde entonces, está sustentada especialmente por aparatos como Bullet, NanoStation y Mikrotik comprados en el mercado informal. Los dispositivos que actualmente se utilizan para mantener en funcionamiento la red triplican la potencia que se permitirá con la nueva normativa, porque solo así pueden alcanzar puntos distantes de la ciudad, atravesar obstáculos y generar una experiencia de conectividad satisfactoria.

En los últimos tres años SNet ha crecido por la capital cubana y se ha expandido fuera de los límites de la gran urbe. Inicialmente creada por seguidores de los videojuegos que querían turbear [jugar] interconectados, después amplió sus objetivos y pasó del acceso gratuito a las cuotas mensuales o poninas para comprar aparatos que mejoren su funcionamiento.

Entre la red y las autoridades ha habido siempre un tenso pulso, pero el Gobierno había renunciado a controlar un fenómeno capaz de reponerse técnicamente a gran velocidad: inhabilitar un nodo es abrir la puerta a que surjan dos nuevos

Las posibilidades se han ido incrementando con el paso del tiempo y, a la opción de compartir videos, películas, libros, software o aplicaciones para móviles, se ha añadido un servicio de mensajería instantánea propio. En paralelo, las reglas para evitar problemas se han hecho más estrictas. Está prohibido hablar de política y religión, además de subir contenido pornográfico, este sería un motivo más que suficiente para que las autoridades la desmantelen.

Con todo, no han evitado algunas confiscaciones de equipos y gruesas multas. Entre la red y las autoridades ha habido siempre un tenso pulso, pero el Gobierno había renunciado a controlar un fenómeno capaz de reponerse técnicamente a gran velocidad: inhabilitar un nodo es abrir la puerta a que surjan dos nuevos.

Para entrar en SNet se necesita conocer a alguien dentro que ponga en contacto al potencial usuario con un administrador que le entregue un nombre y una contraseña. Los nuevos clientes deben aportar, preferiblemente, un dispositivo para seguir expandiendo el alcance de la señal y acatar las normas "de la casa". Todo esto había crecido aprovechando el vacío legal tecnológico en Cuba. Ahora, les toca reinventarse.

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