Subirse al tren de Google
La prensa anuncia a bombo y platillo el centro Google + Kcho.Mor, pero dos días después de su supuesta apertura, permanece cerrado
La Habana/"¿Ya funciona lo de Google?", preguntaba este martes un joven en el Museo Orgánico Romerillo (MOR). En los alrededores del centro cultural, gestionado por el artista Alexis Leyva Kcho, se congregaron decenas de personas ilusionadas con la puesta en marcha de una sala de navegación web. Sin embargo, el local no ha abierto sus puertas al público y los empleados responden con evasivas sobre la fecha de inauguración.
El proyecto, bajo el nombre de Google + Kcho.Mor, se anunció durante la visita del presidente de EE UU a la Isla y ha sido el centro de varios reportajes televisivos y artículos de la prensa oficial. Sus servicios se sumarán a una red inalámbrica gratuita a través de la que el artista comparte su conexión contratada a la Empresa de Telecomunicaciones (Etecsa).
Todo el MOR es por estos días un hervidero de gente que viene y va. Algunos son trabajadores del lugar que ultiman los detalles del "centro tecnológico", al que todavía no ha podido acceder el primer internauta. Cerrada y rodeada de misterio, la sala de navegación es centro de rumores y especulaciones.
"Cuando funcione se le dará prioridad a estudiantes que vengan a través de centros escolares", explica una trabajadora del lugar ante las insistentes preguntas de varios usuarios frustrados. Entre ellos hay dos adolescentes que han cruzado la ciudad desde Cojímar para tener "unas horas de internet gratis".
El nuevo local ha sido descrito por la prensa como un sitio acondicionado con ordenadores públicos y un velocidad de conexión 70 veces mayor que la ofrecida en las zonas wifi del monopolio estatal Etecsa. Un lujo en una nación donde la tasa de penetración de la banda ancha no supera el 1 %.
Con la colaboración del gigante informático estadounidense Google, Kcho se convierte en el primer cubano que logra un acuerdo de este tipo y el único proveedor no estatal de internet en el país, una condición lograda también dada su fidelidad ideológica al Gobierno y sus estrechos vínculos con las autoridades.
Evelio, un habitual de la zona wifi de Kcho, se quejaba este martes de que el nuevo servicio no funcione todavía. "Ya lo inauguraron el otro día con bombo y platillo" y "hasta periodistas de la televisión vinieron hasta aquí ese día pero que yo sepa solamente han podido entrar las delegaciones que vienen ya programadas", señala molesto.
El joven, residente en las cercanías del estudio, explica que llega a "las cinco de la mañana para poder descargar películas y videos" debido a la congestión de la red que se produce según avanza la jornada por la alta afluencia de usuarios. "A esa hora, esto funciona que es un cañón", dice mostrando en su teléfono los títulos de audiovisuales como Juego de Tronos o House of Cards que descargó la madrugada anterior.
Evelio también echa una mano a las personas que quieren abrirse una cuenta de correo o consultar la página de la Embajada de Estados Unidos para conocer el estado de una solicitud de visa. "Si alguien me quiere dar algo por la ayudita, lo acepto", deja caer mientras sonríe.
El joven no se hace muchas ilusiones con el nuevo local que, según los medios oficiales, tendrá la apariencia de un cibercafé con 20 portátiles Chromebook que funcionarán conectados directamente a la nube. Una experiencia de navegación novedosa para la mayoría de los cubanos, acostumbrados a las conexiones lentas y al uso del sistema operativo Windows.
"Hay tanta necesidad de internet que esto no da abasto", opina Evelio a pocos metros de la nave recién pintada donde los cubanos esperan que pronto lata el corazón habanero de Google.