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Solo 15 centrales azucareros participarán este año en la zafra, que se anticipa desastrosa

El número de ingenios se reduce año tras año, pero esta vez se ha acelerado, ya que en la pasada contienda molieron 25

El central azucarero Uruguay, en Jatibonico, Sancti Spíritus, lleva años sin moler, mientras se invierte en reformas con capital ruso. / Escambray
14ymedio

14 de octubre 2024 - 12:42

Madrid/A pocas semanas de comenzar la zafra azucarera 2024-2025, la producción de la contienda pasada sigue siendo un secreto de Estado. Las autoridades no han ocultado que la campaña fue mala, pero la falta de datos hace temer lo peor y nada invita a pensar que las cosas puedan cambiar. Este fin de semana, coincidiendo con el día del trabajador azucarero el 13 de octubre, se celebraron actos por toda la Isla que dejaron constancia de la grave situación de la otrora industria estrella de Cuba.

“Se nos avecina una zafra muy compleja”, dijo William Licourt González, secretario general del sindicato de trabajadores azucareros antes de llamar a todo el sector a trabajar. Pero los medios son los que son y el vicepresi­dente del Consejo de Ministros, Jorge Luis Tapia Fonseca, dejó un dato sorprendente el día anterior. En la próxima zafra habrá molienda en solo 15 centrales de todo el país, el número más bajo, con gran diferencia, de la historia, ya que apenas hace tres años fueron 36.

El descenso de los ingenios implicados en la molienda ha sido extremadamente acelerado. En 1959, Cuba tenía 161 centrales que produjeron 5,6 millones de toneladas de azúcar en aquella última zafra en manos privadas. Tras la nacionalización de las plantaciones primero y los ingenios poco después, ambas cosas en 1960, llegan años en que, animado por el subsidio soviético, el sector crece de manera imparable, llegando a la producción de hasta ocho millones de toneladas, con las décadas de los 70 y 80 como las mejores. Aunque nunca se logró el sueño de Fidel Castro de producir diez millones de toneladas, hasta la caída de la URSS todo fue sobre ruedas. 

En 1959, Cuba tenía 161 centrales que produjeron 5,6 millones de toneladas de azúcar en aquella última zafra en manos privadas

La industria azucarera comienza a desplomarse con el Período Especial, pero aún se puede hablar de buenos datos. En la contienda de 1995-1996 se lograron 4,3 millones de toneladas y Castro decide un giro para el sector, que comienza su caída acelerada. En 2002, el mandatario ordenó reducir a la mitad la capacidad de producción y entregar el 60% de las tierras a otros cultivos. "El azúcar no volverá jamás a este país, pertenece al tiempo de la esclavitud", dijo en 2005, a la vez que calificó de "ruina" al sector azucarero. Entonces, el número de ingenios ya era de 66, mientras que la cosecha se quedó en 1,2 millones de toneladas.

Actualmente quedan en Cuba 56 ingenios, pero su estado ruinoso ha forzado cada vez un uso menor de esa capacidad. En 2010 se emplearon 44, pero en 2020-2021, molieron 38. Un año más tarde estaba previsto que lo hicieran 36, pero solo tres de ellos cumplieron los planes de producción, por lo que se tomó la decisión de pasar a 26 en la siguiente contienda –2022-2023–, una cifra que se redujo finalmente a 23 por falta de recursos. El plan era producir 455.198 toneladas de azúcar, una cantidad inferior incluso al medio millón en que se calculaba el consumo nacional. Además, al menos 411.000 toneladas debían venderse al exterior. El plan nunca se cumplió, pero tampoco se conoció el dato final.

En la última zafra, la correspondiente a 2023-2024, debían moler 25 ingenios, diez más que este año. 

“¿Por qué casi el 50 % de las bases productivas no tienen buenos rendimientos y diver­sificación de la producción?"

“¿Por qué casi el 50 % de las bases productivas no tienen buenos rendimientos y diver­sificación de la producción?", se preguntó Tapia Fonseca en la reunión del partido, celebrada los días 11 y 12 en La Habana. “Hay que hacer un análisis profundo para salvar la industria azucarera. Hemos aprobado medidas para el sector; se ha renegociado la deuda hasta en tres ocasiones de muchas Unidades Básicas de Producción Cooperativa; se le ha subido el precio de la caña y se ha impul­sado una atención diferenciada a los jubilados”, reprochó. El funcionario pidió realizar encuentros entre las empresas que logran buenos datos con las –mayoritarias– que no, para compartir experiencias, “Tenemos que transformar el trabajo de los gobiernos mu­nicipales y provinciales para atender más a las cooperati­vas azucareras”, señaló, a vueltas con la nueva técnica de cargar la responsabilidad sobre las administraciones locales. 

“Los cuadros tenemos que transformar este asunto y sal­var la industria azucarera, por­que lo más grande que tiene este sector son sus trabajadores que, en medio de condiciones clima­tológicas difíciles, escasez de combustible, problemas energé­ticos y más, están todas las ma­ñanas trabajando por sembrar y tener más caña”, dijo. El diario oficialista Trabajadores señala que su discurso logró “un aplauso y acuerdos precisos [que] sa­lieron en blanco y negro para el desempeño inmediato del sindi­cato azucarero”, pero no menciona ninguno de ellos.

En las semanas precedentes, los medios provinciales han sido pródigos en aventurar una mala zafra por la baja siembra, la escasez de mano de obra, el mal clima, la falta de combustible, y un rosario de desgracias que obligan, a su vez a moler a menos ingenios, ya sea porque no hay caña suficiente, por racionalización del combustible o porque el propio central tiene un estado técnico calamitoso. El Gobierno, no obstante, pide a las plantas que no muelen que “diversifiquen” su trabajo. Como resultado, varias de ellas se dedican actualmente a la elaboración de melaza, aguardiente y otros alcoholes.

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