Con 7,4 por cada mil, la tasa de mortalidad infantil en Cuba casi duplica la de 2018

Las carencias generalizadas afectan la salud de las mujeres embarazadas

Ocho bebés prematuros y con bajo peso fallecieron en lo que va de enero en el hospital ginecobstétrico Diez de Octubre. (Ministerio de Salud)
Las deficiencias en alimentación de las mujeres embarazadas influyen en la cantidad de bebés con bajo peso que nacen en Cuba. / Ministerio de Salud
14ymedio

16 de julio 2024 - 17:22

Madrid/Vuelven las malas noticias para el Programa Materno Infantil (Pami), que durante décadas ha sido uno de los que mejores indicadores han dejado para Cuba. Los buenos tiempos quedaron atrás a partir de la pandemia y los problemas para recuperarse no parecen menguar. En lo que va de año, la tasa de mortalidad infantil se sitúa en 7,4 por cada mil, resultado de los 34.648 nacidos vivos y 258 fallecidos menores de un año que hubo hasta el 11 de julio.

La cifra supone, a priori, un alivio para el Gobierno, que el año pasado en esta misma fecha reportaba una tasa de 7,9 por cada mil (42.805 nacimientos y 340 muertes), aunque cabe recordar que 2023 comenzó con un grave suceso hospitalario en el que fallecieron diez bebés de la unidad de prematuros del ginecobstétrico Diez de Octubre de La Habana –la mayoría de ellos por el mal manejo de un germen que resultó ser letal en su estado– y por el que 22 funcionarios fueron condenados

La segunda mitad del año cursó más favorablemente y el Ministerio de Salud Pública pudo exhibir el dato final de 7,1 muertes por cada mil, por lo que habrá que esperar qué evolución tiene el segundo semestre de 2024. De no reducirse la cifra actual, el golpe al Pami sería mayor si se empeoran unas cifras que ya no son ningún orgullo. En 2018, la tasa fue de apenas 3,9 por cada mil y desde 2012 siempre fue inferior a 4,6 hasta que, en 2019, llegó a 5, igual que 2020. La pandemia, que en 2021 fue devastadora en la Isla, dejó la tasa de mortalidad infantil en 7,6 fallecimientos por cada mil nacidos vivos, y en 2022 mejoró muy levemente, con 7,5.

El dato de 2023 era alentador en comparación, pero revela un aumento del 82% si se compara con el de 2018

El dato de 2023 era alentador en comparación, pero revela un aumento del 82% si se compara con el de 2018. En relación con los países de su entorno, no obstante, Cuba aún puede sacar pecho al compararse con las tasas de Venezuela (27), Nicaragua (17), Colombia (12) o México (10), pero ya está muy por detrás de los 5,6 de EE UU. El dato escuece en La Habana, que durante años se vanaglorió de tener mejores números que su acérrimo enemigo, por no hablar de los 2,4 de España o el 1,5 de Eslovenia, campeón mundial en este ámbito. 

Catherine Chibás Pérez, jefa nacional del Programa Materno Infantil (PAMI) del Ministerio de Salud Pública, presentó el informe con estos datos este lunes ante la Asamblea Nacional y pidió un esfuerzo sectorial para “mantener y consolidar” estos datos, de lo que se deduce que se ha renunciado por el momento a recuperar lo que la Organización Mundial de la Salud considera cifras propias de un país desarrollado, en torno a los 5 casos por cada mil. 

Los principales objetivos son nuevamente combatir la anemia, la desnutrición materna y las infecciones durante el embarazo “que inciden en el aumento del bajo peso al nacer”, algo que ya se ha determinado en anteriores ocasiones como causas fundamentales del aumento de la mortalidad. La imposibilidad de llevar una dieta sana y equilibrada afecta a la población de manera general, aunque las consecuencias se agravan en el caso de las embarazadas, por la mayor cantidad de algunos nutrientes que necesita su organismo.

La buena noticia es también el descenso de la mortalidad materna, de 42.1 por cada 100.000 a 37,5, pero, de nuevo, depende de cómo se compare. Mientras en Venezuela la tasa es de 125 por cada 100.000, en México ya baja a 33, frente a 19 en EE UU y apenas 4 en España. 

Mientras en Venezuela la tasa es de 125 por cada 100.000, en México ya baja a 33, frente a 19 en EE UU y apenas 4 en España

Entre los datos que recoge el informe también están los de infraestructuras. Cuba tiene 161 hogares maternos con 3.873 camas y acaba de inaugurar cinco, en lo que va de 2024, dos en Matanzas y tres en Pinar del Río. Sin embargo, hay 35 municipios en el país que carecen de este tipo de centros, además de los que lo tienen –dijo, sin especificar la cifra– en reparaciones o carecen de locales definidos para ubicarlos. Llama la atención, entre las mejoras, la “solución” del “problema de los pisos de tierra” para 251 gestantes, muestra de la incapacidad del Gobierno para poner fin a este tipo de viviendas precarias pese a décadas de infructuosos intentos. 

Entre las “medidas que no se han podido materializar de manera equitativa en todo el país” está, como cabía esperar, la entrega de productos lácteos para suplir las carencias de hierro y calcio, el programa de apoyo alimentario para mujeres desnutridas, la producción de Trofín –antianémico cubano– y el “potenciamiento de los organopónicos” contra la desnutrición, así como los módulos de vegetales y viandas. 

Las carencias no se quedan aquí. El informe detalla la falta de fármacos y reactivos, la escasez de pañales y productos de higiene femenina o artículos de aseo para embarazadas. “Además, sigue habiendo retrasos en la entrega de la canastilla y la dieta para embarazadas en todo el país”. Todo ello es el perfecto resumen de cómo el estado de la agricultura, la industria y la economía en general inciden en la caída de los índices de Salud, uno de los pilares sobre los que el régimen cubano cimentó la popularidad de la que gozó –pese a tantos pesares– en los años en que el campo socialista podía sostener las finanzas.

En el encuentro de la Asamblea Nacional, varios diputados intervinieron para resaltar las desigualdades territoriales o las diferentes problemáticas concretas que se dan en función de la provincia

En el encuentro de la Asamblea Nacional, varios diputados intervinieron para resaltar las desigualdades territoriales o las diferentes problemáticas concretas que se dan en función de la provincia, ya que mientras en unas predominan los embarazos adolescentes (como Santiago de Cuba), en otras la alerta viene de la mortalidad infantil (casos de Mayabeque y Guantánamo, que alcanzaron la tasa de 9 por cada mil el pasado año). 

Aunque el ministro de Salud Pública, José Angel Portal Miranda, mostró su disposición a transmitir todo lo expresado a los responsables de elaborar los distintos planes, admitió que uno de los más grandes inconvenientes que atraviesa su área es la falta de profesionales, a la que se ha llegado porque muchos aún carecen de la suficiente formación y los que sí la tenían se han marchado. 

El funcionario habló de “efectos de la migración”, aunque hay otra migración de la que no habló y que, desde hace años, es señalada como fuente de muchos de estos problemas: la interna. Una gran cantidad de profesionales del sector han abandonado la profesión para pasar al sector privado, donde puede ganar mejores salarios con menores sacrificios y preocupaciones que en un centro de salud desabastecido en el que las vidas de muchos están en juego, incluida la suya propia si ocurre una catástrofe y son responsabilizados por negligencia médica, como ocurrió a finales del pasado año, cuando seis sanitarios fueron condenados después de perder a un paciente al que trataron de salvar en condiciones de desabastecimiento total.

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