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8 de marzo en Cuba: cuando se confunden la dignidad y la obediencia

Cuba y la Noche

La Federación de Mujeres Cubanas dijo que celebraba, no el Día de la Mujer, sino el derecho que les dio la Revolución a ser “dignas”

Acto por el 8 de marzo en presencia del mandatario cubano, Miguel Díaz-Canel. / Cubadebate
Yunior García Aguilera

10 de marzo 2025 - 10:31

Madrid/Este 8 de marzo, la institución del régimen cubano encargada de vigilar y controlar a las mujeres sacó un comunicado tibio, tembloroso y contradictorio. La FMC (Federación de Mujeres Cubanas) dijo en su panfleto que celebraban, no el Día de la Mujer, sino el derecho que les dio la Revolución a ser “dignas”. Afirmaban cumplir la premisa, no de sus propias lideresas (si es que las tienen), sino de un hombre de pelo en pecho que presidió todos sus congresos y que se atribuyó siempre la potestad de decir la última palabra. Resulta obvio que el comunicado era una reminiscencia de lo ocurrido durante los últimos días en Río Cauto.

La población del municipio granmense se hundía cada año en la oscuridad y la miseria, como el resto del país, pero la prensa local solo hablaba de logros ficticios y de una supuesta euforia revolucionaria. Río Cauto había sido proclamado “vanguardia” en la celebración del 26 de julio, en 2023. Ese mismo año se había ganado la sede provincial del acto por el aniversario 65 del triunfo de la Revolución. Pero lo más notorio ocurrió en febrero de 2024, cuando el poblado vivió un “erizamiento” colectivo tras la visita del dictador designado, Miguel Díaz-Canel. Sus tres cuadros principales: Sadia Pérez Nápoles (primera secretaria del PCC municipal), Dailín Cox Pajaró (presidenta de la Asamblea Municipal) y Yaniel Yero Nápoles (intendente), ya habían acumulado un buen número de diplomas y se afilaban los colmillos para ser ascendidos, sin duda alguna, a cargos provinciales.

La población del municipio granmense se hundía cada año en la oscuridad y la miseria, como el resto del país, pero la prensa local solo hablaba de logros ficticios y de una supuesta euforia revolucionaria

Pero, apenas un año después, un giro inesperado en los acontecimientos convirtió otra vez a Río Cauto en noticia, y no precisamente por su acostumbrada sumisión. Todos los cubanos hemos visto en redes sociales a una mujer humilde protestar contra el hambre y la miseria. Vimos también a dos mastodontes del sicariato arrastrarla violentamente delante de sus hijos. Leímos el comunicado de las autoridades de Río Cauto llamándola ingrata y sacándole en cara las cuatro tablas y el techo de zinc que el Gobierno, en su inconmensurable bondad, le había facilitado. En el clímax de esta crónica, todos seguimos con atención como sus vecinos se lanzaron a las calles en la protesta más sonada de lo que va de año en todo el país, para exigir su liberación y para manifestar el hartazgo general. 

Llegados a este punto, era obvio que el régimen iniciaría un operativo manejado desde arriba, dejando fuera a los tres cuadros destacados del municipio. Esto se les fue de las manos, dijo seguramente alguna voz ronca del otro lado del teléfono, a partir de aquí nos encargamos nosotros. Lo primero sería enviar refuerzos (uniformados y disfrazados de paisanos), para asegurar el lugar. Lo segundo sería ejecutar la Operación Johnson, siguiendo el manual practicado anteriormente por Beatriz Johnson Urrutia, primera secretaria del PCC en Santiago de Cuba.

Todos seguramente ya escuchamos a su homóloga en Granma decir cuánto le debía Río Cauto a la Revolución, como si aquello fuera Dubái, como si no hubiesen transcurrido 66 años de miseria perenne, como si sus habitantes fueran ciegos ante una realidad que se vuelve cada día más insoportable. Para colmo, hemos tenido que ver a la funcionaria posar sonriente en una foto con la mujer maltratada, al tiempo que le lanzaba una amenaza al más puro estilo narco: “Ella sabe que las consecuencias de sus actos, a quienes más afectan, es a sus seres queridos, especialmente a sus hijos”. ¡Apaga y vámonos!

El discurso de Yudelkis Ortiz ha sido ampliamente rechazado por los cubanos de dentro y de fuera del país en sus redes sociales

El discurso de Yudelkis Ortiz ha sido ampliamente rechazado por los cubanos de dentro y de fuera del país en sus redes sociales. El intendente de Río Cauto, Yaniel Yero, compartió este sábado en Facebook una publicación aduladora y soez: “Esta mujer comunista tiene más cojo… que todo el exilio cubano junto”. Aunque apenas recibió tres likes. Dailin Cox, la presidenta municipal, no dijo ni pío, nadie le creería eso de que ella pasa hambre igual que el pueblo. Es demasiado evidente lo contrario. Sadia Pérez, la primera secretaria local, también ha decidido mantener el perfil bajo para no hacerle sombra a su jefa inmediata y no opacar su minuto de fama. Eso se paga bien caro en la mafia partidista.

El país ha vuelto a la normalidad, es decir, a los apagones, las colas, el hambre, la espera, la desilusión, las ganas insufribles de escapar a donde sea, como sea. El nieto influencer de Fidel Castro, por su parte, celebró el 8 de Marzo haciendo que tres muchachas, disfrazadas de vampiras, mordieran y chuparan su cuello mientras él escupía estupideces. Triste país sin esperanzas. No hay luz al final del túnel para una isla donde se confunden la dignidad y la obediencia.

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